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Jueces 4:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Mientras tanto, Sísara corrió hasta la carpa de Jael, la esposa de Heber, el ceneo, porque la familia de Heber tenía amistad con el rey Jabín, de Hazor.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Sísera había huido a pie hasta la tienda de Yael, mujer de Jeber el quenita, porque reinaba la paz entre Yabin, rey de Hasor, y Jeber el quenita.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Sísara, pues, había huido a pie hasta la tienda de Jael, mujer de Heber ceneo, porque había paz entre Yabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, esposa de Jéber, el quenita, pues había paz entre Yabin, rey de Jasor y la casa de Jéber, el quenita.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, esposa de Heber cineo; porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el cineo.

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Jueces 4:17
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No hay paz para el perverso», dice mi Dios.


Que la abundante mesa servida ante ellos se convierta en una trampa, y que su prosperidad se vuelva un engaño.


El orgullo termina en humillación, mientras que la humildad trae honra.


el Señor derrama desprecio sobre sus príncipes y los hace vagar por tierras baldías y sin sendero.


»La más bendita entre las mujeres es Jael, la esposa de Heber, el ceneo. Bendita sea más que todas las mujeres que viven en carpas.


»En los días de Samgar, hijo de Anat, y en los días de Jael, la gente evitaba las rutas principales y los viajeros no salían de los caminos sinuosos.


Entonces Barac persiguió a los carros y al ejército enemigo hasta Haroset-goim, y mató a todos los guerreros de Sísara. Ni uno solo quedó con vida.


Jael salió al encuentro de Sísara y le dijo: —Entre en mi carpa, señor. Venga. No tenga miedo. Así que él entró en la carpa, y ella lo cubrió con una manta.


En aquel día, los hombres de guerra más valientes dejarán caer sus armas y correrán por sus vidas», dice el Señor.


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