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Jueces 18:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando los hombres regresaron a Zora y a Estaol, sus parientes les preguntaron: —¿Qué encontraron?

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Biblia Reina Valera 1960

8 Volviendo, pues, ellos a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay? Y ellos respondieron:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Cuando regresaron donde sus hermanos en Sorea y Estaol, estos les preguntaron: '¡A ver, dígannos! ¿Qué noticias traen?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Regresaron pues a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les preguntaron: ¿Qué traéis?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Regresaron luego adonde sus hermanos de Sorá y Estaol y sus hermanos les preguntaron: '¿Qué noticias traéis?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Volviendo pues, ellos a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay?

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Jueces 18:8
7 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces seiscientos hombres de la tribu de Dan salieron de Zora y de Estaol armados para la guerra.


Así que los hombres de Dan escogieron de entre sus clanes a cinco guerreros competentes de las ciudades de Zora y Estaol para que exploraran algún territorio donde la tribu pudiera establecerse. Cuando los guerreros llegaron a la zona montañosa de Efraín, entraron en la casa de Micaía y allí pasaron la noche.


Más tarde, sus hermanos y otros parientes descendieron a la ciudad para recoger su cuerpo. Lo llevaron de regreso a su tierra y lo enterraron entre Zora y Estaol, donde estaba enterrado Manoa, su padre. Sansón fue juez de Israel durante veinte años.


En esos días, vivía en la ciudad de Zora un hombre llamado Manoa, de la tribu de Dan. Su esposa no podía quedar embarazada, y no tenían hijos.


Las siguientes ciudades situadas en las colinas occidentales también se le entregaron a Judá: Estaol, Zora, Asena,


Así que los cinco hombres siguieron hasta la ciudad de Lais, donde vieron que los habitantes llevaban una vida despreocupada, igual que los sidonios; eran pacíficos y vivían seguros. También eran ricos, porque su tierra era muy fértil. Además vivían a gran distancia de Sidón y no tenían ningún aliado cerca.


Los hombres les contestaron: —¡Vamos, ataquémoslos! Hemos visto la tierra, y es muy buena. ¿Qué esperan? No duden en ir y tomar posesión de ella.


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