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Juan 8:33 - Biblia Nueva Traducción Viviente

33 —Nosotros somos descendientes de Abraham —le respondieron—, nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Qué quieres decir con “los hará libres”?

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Biblia Reina Valera 1960

33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Le respondieron: 'Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices: 'Ustedes serán libres'?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Le respondieron: Descendencia° de Abraham somos,° y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Ellos le respondieron: 'Nosotros somos descendientes de Abrahán y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú eso de 'seréis libres'?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

33 Le respondieron: Simiente de Abraham somos, y jamás fuimos esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?

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Juan 8:33
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas piedras.


—¡Nuestro padre es Abraham! —declararon. —No —respondió Jesús—, pues si realmente fueran hijos de Abraham, seguirían su ejemplo.


Claro que me doy cuenta de que son descendientes de Abraham. Aun así, algunos de ustedes procuran matarme porque no tienen lugar para mi mensaje en su corazón.


Después el Señor dijo a Abram: «Ten por seguro que tus descendientes serán extranjeros en una tierra ajena, donde los oprimirán como esclavos durante cuatrocientos años;


Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas y María Magdalena.


Pues éramos esclavos pero, en su amor inagotable, nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud. Por el contrario, hizo que los reyes de Persia nos trataran favorablemente. Él nos dio nuevas fuerzas, para que pudiéramos reconstruir el templo de nuestro Dios y reparar las ruinas. Nos dio una muralla de protección en Judá y en Jerusalén.


Sísara, quien tenía novecientos carros de guerra hechos de hierro, oprimió a los israelitas sin piedad durante veinte años, hasta que el pueblo de Israel clamó al Señor por ayuda.


Entonces el Señor ardió de enojo contra Israel y lo entregó en manos de Cusán-risataim, rey de Aram-naharaim. Y los israelitas sirvieron a Cusán-risataim durante ocho años.


Cada vez que el Señor levantaba un juez sobre Israel, él estaba con ese juez y rescataba al pueblo de sus enemigos durante toda la vida del juez. Pues el Señor tenía compasión de su pueblo, que estaba sobrecargado de opresión y sufrimiento.


Los israelitas son mis siervos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto, de modo que nunca deben ser vendidos como esclavos.


Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios. No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas mismas piedras.


¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme!


Ser descendientes de Abraham no los hace verdaderos hijos de Abraham, pues las Escrituras dicen: «Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes», aunque Abraham también tuvo otros hijos.


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