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Juan 6:35 - Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Jesús les dijo: 'Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Jesús les dijo: ¡Yo soy el pan de la vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Jesús les contestó: 'Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

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Juan 6:35
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El Espíritu y la esposa dicen: «Ven». Que todos los que oyen esto, digan: «Ven». Todos los que tengan sed, vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.


Entonces la gente comenzó a murmurar en desacuerdo, porque él había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo».


No tendrán hambre ni sed, y el sol ardiente ya no los alcanzará. Pues el Señor en su misericordia los guiará; los guiará junto a aguas frescas.


Nunca más tendrán hambre ni sed; nunca más les quemará el calor del sol.


Sin embargo, los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y jamás los rechazaré.


Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.


Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora están gordos y prósperos, porque tienen un horrible tiempo de hambre por delante. Qué aflicción les espera a ustedes, los que ahora se ríen, porque su risa se convertirá en luto y dolor.


Entonces les dijo: «Por eso dije que nadie puede venir a mí a menos que el Padre me lo entregue».


Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida.


—Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡deme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua.


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