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Juan 4:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Dios es espíritu; y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Dios es espíritu; y los que lo adoran tienen que adorarlo en espíritu y verdad'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.

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Juan 4:24
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.


Pues los que adoramos por medio del Espíritu de Dios somos los verdaderos circuncisos. Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna confianza en esfuerzos humanos


El sacrificio que sí deseas es un espíritu quebrantado; tú no rechazarás un corazón arrepentido y quebrantado, oh Dios.


El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.


Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.


¡Que todo el honor y toda la gloria sean para Dios por siempre y para siempre! Él es el Rey eterno, el invisible que nunca muere; solamente él es Dios. Amén.


Si no hubiera confesado el pecado de mi corazón, mi Señor no me habría escuchado.


Podemos decir con confianza y con una conciencia limpia que, en todos nuestros asuntos, hemos vivido en santidad y con una sinceridad dadas por Dios. Hemos dependido de la gracia de Dios y no de nuestra propia sabiduría humana. Esa es la forma en que nos hemos comportado ante el mundo y en especial con ustedes.


Pero el dar gracias es un sacrificio que verdaderamente me honra; si permanecen en mi camino, les daré a conocer la salvación de Dios».


El Señor está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan de verdad.


Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera.


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