Juan 1:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁴ Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁴ Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁴ Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don amoroso y verdad.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁴ Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó° entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁴ Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁴ Y el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan 1:14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

1 Juan 4:9

Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él.

1 Timoteo 3:16

Sin duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente: Cristo fue revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu. Fue visto por ángeles y anunciado a las naciones. Fue creído en todo el mundo y llevado al cielo en gloria.

Juan 1:1

En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

Gálatas 4:4

Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley.

Isaías 40:5

Entonces se revelará la gloria del Señor y todas las personas la verán. ¡El Señor ha hablado!».

Hebreos 1:3

El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo.

Juan 6:51

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne».

Colosenses 1:19

Pues a Dios, en toda su plenitud, le agradó vivir en Cristo,

1 Corintios 15:47

Adán, el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra, mientras que Cristo, el segundo hombre, vino del cielo.

Romanos 8:3

La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros.

Isaías 7:14

Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).

Salmos 2:7

El rey proclama el decreto del Señor: «El Señor me dijo: “Tú eres mi hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre.

1 Juan 4:14

Además, hemos visto con nuestros propios ojos y ahora damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para que fuera el Salvador del mundo.

Colosenses 2:9

Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.

2 Juan 1:7

Les digo esto, porque muchos engañadores han salido por el mundo. Ellos niegan que Jesucristo vino en un cuerpo humano. Tales personas son engañadores y anticristos.

Isaías 53:2

Mi siervo creció en la presencia del Señor como un tierno brote verde, como raíz en tierra seca. No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él.

Apocalipsis 21:3

Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos.

Hebreos 5:5

Por eso, Cristo no se honró a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino que fue elegido por Dios, quien le dijo: «Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre».

Hebreos 10:5

Por eso, cuando Cristo vino al mundo, le dijo a Dios: «No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.

Juan 11:40

Jesús respondió: —¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?

Juan 3:16

»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 2:11

Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él.

Juan 14:6

Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.

Hebreos 1:5

Pues Dios nunca le dijo a ningún ángel lo que le dijo a Jesús: «Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre». Dios también dijo: «Yo seré su Padre, y él será mi Hijo».

Juan 14:9

Jesús respondió: —Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre?

Lucas 9:32

Pedro y los otros se durmieron. Cuando despertaron, vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres de pie junto a él.

Juan 17:22

»Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.

Juan 3:18

»No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.

Lucas 2:11

¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!

Salmos 45:2

Eres el más apuesto de todos; de tus labios se desprenden palabras amables. Dios mismo te ha bendecido para siempre.

Hebreos 2:11

Por lo tanto, Jesús y los que él hace santos tienen el mismo Padre. Por esa razón, Jesús no se avergüenza de llamarlos sus hermanos,

2 Corintios 12:9

Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.

Mateo 1:16

Jacob fue el padre de José, esposo de María. María dio a luz a Jesús, quien es llamado el Mesías.

Colosenses 2:3

En él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento.

Efesios 3:8

Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo.

Romanos 9:5

Abraham, Isaac y Jacob son los antepasados de los israelitas, y Cristo mismo era israelita en cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que reina sobre todas las cosas, ¡y es digno de eterna alabanza! Amén.

Lucas 2:7

María dio a luz a su primer hijo varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.

Hechos 13:33

Y ahora Dios nos la cumplió a nosotros, los descendientes, al resucitar a Jesús. Esto es lo que el segundo salmo dice sobre Jesús: “Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre”.

Salmos 85:9

Sin duda, la salvación de Dios está cerca de los que le temen; por lo tanto, nuestra tierra se llenará de su gloria.

Ezequiel 37:27

Haré mi hogar entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Juan 8:32

y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Juan 17:24

Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.

Juan 18:37

Pilato le dijo: —¿Entonces eres un rey? —Tú dices que soy un rey —contestó Jesús—. En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.

Apocalipsis 19:13

Llevaba puesta una túnica bañada de sangre, y su título era «la Palabra de Dios».