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Josué 9:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Ellos contestaron: —Nosotros sus siervos venimos de un país muy lejano. Hemos oído del poder del Señor su Dios y de todo lo que hizo en Egipto.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Respondieron: 'La fama de Yavé, tu Dios, nos movió a venir de un país muy lejano. Oímos hablar de todo lo que hizo en Egipto,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 A lo que ellos respondieron: De una tierra lejana tus siervos han venido por causa del nombre de YHVH tu Dios, pues hemos oído la fama de Él, y todo lo que Él hizo en Egipto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Ellos le contestaron: 'Tus siervos vienen de una tierra muy lejana a causa del renombre de Yahveh, vuestro Dios, pues ha llegado hasta nosotros su fama y cuanto hizo en Egipto,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de muy lejanas tierras, por la fama de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que Él hizo en Egipto,

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Josué 9:9
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ellos le respondieron: —Lo hicimos porque a nosotros, sus siervos, se nos dijo con claridad que el Señor su Dios le ordenó a Moisés, siervo del Señor, que les entregara toda esta tierra y que destruyera a todos sus habitantes. Así que temimos profundamente por nuestra vida a causa de ustedes. Por eso hicimos lo que hicimos.


»Estas instrucciones solo se refieren a las ciudades lejanas, no a las de las naciones que ocupan la tierra donde estás a punto de entrar.


Realizaré una señal entre ellos y enviaré a los sobrevivientes a que lleven mi mensaje a las naciones: a Tarsis, a los libios y a los lidios (que son famosos arqueros), a Tubal y a Grecia y a todas las tierras más allá del mar que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria. Allí declararán mi gloria ante las naciones.


Tú también darás órdenes a naciones que no conoces, y pueblos desconocidos vendrán corriendo a obedecerte, porque yo, el Señor tu Dios, el Santo de Israel, te hice glorioso».


Que todos alaben el nombre del Señor, porque su nombre es muy grande; ¡su gloria está por encima de la tierra y el cielo!


Entonces aprenderán que solo tú te llamas el Señor, que solo tú eres el Altísimo, supremo sobre toda la tierra.


¡Alaben su glorioso nombre por siempre! Que toda la tierra se llene de su gloria. ¡Amén y amén!


Luego los jefes de los levitas —Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías— llamaron al pueblo: «¡Levántense y alaben al Señor su Dios, porque él vive desde la eternidad hasta la eternidad!». Entonces oraron: «¡Que tu glorioso nombre sea alabado! ¡Que sea exaltado por sobre toda bendición y alabanza!


»En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas a causa de tu nombre,


Así que si ahora matas a todo el pueblo de un solo golpe, las naciones que han oído acerca de tu fama dirán:


Lo oyen los pueblos y tiemblan; la angustia se apodera de los que viven en Filistea.


Sin embargo, te he perdonado la vida con un propósito: mostrarte mi poder y dar a conocer mi fama por toda la tierra.


Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados.


Mientras Moisés estaba en Cades, envió embajadores al rey de Edom con el siguiente mensaje: «Esto es lo que dicen tus parientes, los israelitas: tú sabes todas las dificultades por las que hemos pasado.


También hemos oído de lo que les hizo a los dos reyes amorreos que vivían al oriente del río Jordán: a Sehón, rey de Hesbón, y a Og, rey de Basán (quien vivía en Astarot).


Tres días después de hacer el tratado, ¡los israelitas se enteraron de que esa gente en realidad vivía cerca!


Enseguida salieron a investigar y, en tres días, llegaron a sus ciudades, las cuales se llamaban Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.


Si aceptan las condiciones y te abren las puertas, entonces todos ellos quedarán obligados a servirte haciendo trabajos forzados,


de los milagros que hizo para sus antepasados en la llanura de Zoán, en la tierra de Egipto.


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