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Jonás 3:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces la gente de Nínive creyó el mensaje de Dios y desde el más importante hasta el menos importante declararon ayuno y se vistieron de tela áspera en señal de remordimiento.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los ninivitas creyeron en la advertencia de Dios y ordenaron un ayuno, y se vistieron de saco desde el mayor al menor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y los hombres de Nínive creyeron a ’Elohim, y proclamaron ayuno y se cubrieron de cilicio, desde el mayor hasta el menor de ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 La gente de Nínive creyó en Dios; proclamó un ayuno y grandes y pequeños se vistieron de saco.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos.

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Jonás 3:5
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Los habitantes de Nínive también se levantarán contra esta generación el día del juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.


»El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.


Así que dirigí mis ruegos al Señor Dios, en oración y ayuno. También me puse ropa de tela áspera y arrojé cenizas sobre mi cabeza.


Proclamen un tiempo de ayuno; convoquen al pueblo a una reunión solemne. Reúnan a los líderes y a toda la gente del país en el templo del Señor su Dios y allí clamen a él.


Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al Señor que lo guiara. También ordenó a todos en Judá que ayunaran.


La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver.


Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del mundo y recibió la justicia que viene por la fe.


Así que, ¡anímense! Pues yo le creo a Dios. Sucederá tal como él lo dijo,


Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, a menudo se referían a él como «el Grande, el Poder de Dios».


Así que él mandó a buscar a Johanán, hijo de Carea, a los demás líderes militares y a todo el pueblo, desde el menos importante hasta el más importante.


Entonces los líderes militares, incluidos Johanán, hijo de Carea, y Jezanías, hijo de Osaías, junto con todo el pueblo, desde el menos importante hasta el más importante, se acercaron a


Lo hizo en un día de ayuno sagrado, celebrado a fines del otoño, durante el quinto año del reinado de Joacim, hijo de Josías. Gente de toda Judá había venido a Jerusalén ese día para asistir a los servicios en el templo.


Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: “Deberías conocer al Señor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice el Señor—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».


Allí, junto al canal de Ahava, di órdenes de que todos ayunáramos y nos humilláramos ante nuestro Dios. En oración le pedimos a Dios que nos diera un buen viaje y nos protegiera en el camino tanto a nosotros como a nuestros hijos y nuestros bienes.


Mientras tanto, yo daré poder a mis dos testigos, y ellos se vestirán de tela áspera y profetizarán durante esos 1260 días».


Cuando Mardoqueo se enteró de todo lo que había ocurrido, se rasgó su ropa, se vistió de tela áspera, se arrojó ceniza y salió por la ciudad llorando a gritos con un amargo lamento.


Entonces el rey y sus nobles enviaron el siguiente decreto por toda la ciudad: «Nadie puede comer ni beber nada, ni siquiera los animales de las manadas o de los rebaños.


Así que, desde el momento que partieron del monte Sinaí, los israelitas dejaron de usar joyas y de ponerse ropa fina.


Cuando el rey Ezequías oyó el informe, rasgó su ropa, se vistió de tela áspera y entró al templo del Señor.


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