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Joel 3:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »¿Qué tienen contra mí, Tiro y Sidón y, ustedes, ciudades de Filistea? ¿Tratan de vengarse de mí? Si es así, ¡tengan cuidado! Los atacaré con rapidez y les pagaré por todo lo que hicieron.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todo el territorio de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre cuando se acerque el día de Yavé, día grande y terrible.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿Qué tenéis contra mí, Tiro y Sidón, y Filistea toda? ¿Queréis vengaros de mí? Pues si de mí os tratáis de vengar,° Bien pronto haré que vuestra venganza Se vuelva sobre vuestra cabeza,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día de Yahveh, grande y terrible.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.

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Joel 3:4
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Ha llegado el momento de destruir a los filisteos, junto con sus aliados de Tiro y Sidón. Sí, el Señor está destruyendo a los pocos que quedan de los filisteos, a esos colonos de la isla de Creta.


Él pagará a sus enemigos por sus malas obras, y su furia caerá sobre sus adversarios; les dará su merecido hasta los confines de la tierra.


Pues es el día de la venganza del Señor, el año cuando Edom recibirá el pago por todo lo que le hizo a Israel.


En su justicia él les dará su merecido a quienes los persiguen.


Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues?


Si hasta él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta?


«¡Qué aflicción les espera, Corazín y Betsaida! Pues, si en las perversas ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran hecho los milagros que hice entre ustedes, hace tiempo sus habitantes se habrían arrepentido de sus pecados vistiéndose con ropa de tela áspera y echándose ceniza sobre la cabeza en señal de remordimiento.


¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvense a sí mismos! ¡No queden atrapados en su castigo! Es el tiempo de la venganza del Señor; él le dará su merecido.


Después el Señor incitó a los filisteos y a los árabes, pueblos que vivían cerca de los etíopes, para que atacaran a Yoram.


Luego Jefté envió mensajeros al rey de Amón, para preguntarle: —¿Por qué has salido a pelear contra mi tierra?


Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen. A su debido tiempo, sus pies resbalarán. Les llegará el día de la calamidad, y su destino los alcanzará”.


Les digo que, el día del juicio, a Tiro y a Sidón les irá mejor que a ustedes.


»¡Qué aflicción les espera, Corazín y Betsaida! Pues, si en las perversas ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran hecho los milagros que hice entre ustedes, hace tiempo sus habitantes se habrían arrepentido de sus pecados vistiéndose de tela áspera y echándose ceniza sobre la cabeza en señal de remordimiento.


Así es, el día del juicio, les irá mejor a Tiro y Sidón que a ustedes.


Ustedes, filisteos, no se alegren de que la vara que los golpeaba se haya roto, de que el rey que los atacaba esté muerto. Pues de esa serpiente nacerá otra serpiente aún más venenosa, ¡una serpiente terrible que los destruirá!


Este es el mensaje que el profeta Jeremías recibió del Señor acerca de los filisteos de Gaza, antes de que la ciudad fuera conquistada por el ejército egipcio.


Es un día de oscuridad y penumbra, un día de nubes densas y sombras profundas. De repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, aparece un ejército grande y poderoso. Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás.


La tierra tiembla mientras avanzan y los cielos se estremecen. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar.


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