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Job 4:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Un soplo de Dios los destruye y se desvanecen con una ráfaga de su enojo.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Perecen por el aliento de Dios, Y por el soplo de su ira son consumidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Dios los hace perecer con el aliento de su boca y los aniquila con el soplo de su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Por el aliento de Dios perecen, Y por el soplo de su ira son consumidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Ante el aliento de Dios perecen, el soplo de su cólera los destruye.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Perecen por el soplo de Dios, y por el aliento de su nariz son consumidos.

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Job 4:9
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»No escaparán de las tinieblas. El sol abrasador secará sus retoños y el aliento de Dios los destruirá.


Entonces el hombre de anarquía será dado a conocer, pero el Señor Jesús lo matará con el soplo de su boca y lo destruirá con el esplendor de su venida.


Tofet, el lugar de incineración, hace tiempo que está preparado para el rey asirio; la pira tiene un gran montón de leña. El aliento del Señor, como fuego de volcán, la encenderá.


Hará justicia a los pobres y tomará decisiones imparciales con los que son explotados. La tierra temblará con la fuerza de su palabra, y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.


Arrepiéntete de tu pecado, o de lo contrario, vendré a ti de repente y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.


Luego, a tu orden, oh Señor, a la ráfaga de tu aliento, pudo verse el fondo del mar, y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.


Entiérralos en el polvo; enciérralos en el mundo de los muertos.


de pronto, un fuerte viento del desierto llegó y azotó la casa por los cuatro costados. La casa se vino abajo y todos ellos murieron; yo soy el único que escapó para contárselo».


¡Escucha! Yo mismo actuaré en su contra, y el rey recibirá un mensaje de que lo necesitan en su país. Así que volverá a su tierra, donde haré que lo maten a filo de espada’”».


Pero tú soplaste con tu aliento, y el mar los cubrió. Se hundieron como plomo en las poderosas aguas.


Al soplido de tu aliento, ¡las aguas se apilaron! El impetuoso oleaje se quedó firme como un muro; en el corazón del mar las aguas se endurecieron.


Da rienda suelta a tu enojo; deja que se derrame contra los orgullosos.


La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del Señor. Y así sucede también con los seres humanos.


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