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Job 4:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 ¡cuánto menos confiará en los seres humanos hechos de barro! Están hechos de polvo; son aplastados tan fácilmente como una polilla.

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Biblia Reina Valera 1960

19 ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados por la polilla!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¿Qué decir de los que viven en casas de barro, cuyos cimientos no son más que de polvo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Cuánto menos en quienes habitan en casas de barro cimentadas en el polvo, Desmenuzados por la polilla!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ¡cuánto más a los que moran en casas de barro cuyos cimientos descansan en el polvo! Son aplastados como un gusano,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados por la polilla!

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Job 4:19
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Recuerda que me hiciste del polvo; ¿me harás volver tan pronto al polvo?


Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.


Mira, tú y yo, ambos, pertenecemos a Dios; yo también fui formado del barro.


Con el sudor de tu frente obtendrás alimento para comer hasta que vuelvas a la tierra de la que fuiste formado. Pues fuiste hecho del polvo, y al polvo volverás».


Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.


Cuando nos disciplinas por nuestros pecados, consumes como una polilla lo que estimamos precioso. Cada uno de nosotros es apenas un suspiro. Interludio


Me consumo como madera que se pudre, como un abrigo carcomido por la polilla.


Sus frases vacías valen tanto como las cenizas; su defensa es tan frágil como una vasija de barro.


Entonces Abraham volvió a hablar: —Ya que he comenzado, permíteme decir algo más a mi Señor, aunque no soy más que polvo y cenizas.


Como dicen las Escrituras: «Los seres humanos son como la hierba, su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita.


Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.


Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio.


Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos sus planes mueren con ellos.


Ellos fueron cortados en la flor de la vida, los cimientos de su vida arrasados como por un río.


Brotamos como una flor y después nos marchitamos; desaparecemos como una sombra pasajera.


Comparadas con él, las personas son gusanos; nosotros los mortales somos simples lombrices».


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