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Job 22:22 - Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Escucha las instrucciones de Dios y guárdalas en tu corazón.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Escucha de su boca sus preceptos y guarda sus palabras en tu corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Acepta la instrucción de su boca, Y guarda sus dichos en tu corazón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Recibe de su boca la doctrina, pon sus palabras en tu corazón.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.

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Job 22:22
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.


No me he apartado de sus mandatos, sino que he atesorado sus palabras más que la comida diaria.


Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.


No las pierdas de vista. Déjalas llegar hasta lo profundo de tu corazón,


Mi padre me enseñó: «Toma en serio mis palabras. Sigue mis mandatos y vivirás.


pero María guardaba todas estas cosas en el corazón y pensaba en ellas con frecuencia.


Entonces añadió: —Todo maestro de la ley religiosa que se convierte en un discípulo del reino del cielo es como el propietario de una casa, que trae de su depósito joyas de la verdad tanto nuevas como viejas.


Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón.


Luego regresó con sus padres a Nazaret, y vivió en obediencia a ellos. Y su madre guardó todas esas cosas en el corazón.


Al menos puedo consolarme con esto: a pesar del dolor, no he negado las palabras del Santo;


Luego agregó: «Hijo de hombre, que todas mis palabras penetren primero en lo profundo de tu corazón. Escúchalas atentamente para tu propio bien.


Cuando oró, el Señor lo escuchó y se conmovió por su petición. Así que el Señor hizo que Manasés regresara a Jerusalén y a su reino. ¡Entonces Manasés finalmente se dio cuenta de que el Señor es el único Dios!


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