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Job 19:3 - Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Ya me han insultado diez veces. Deberían avergonzarse de tratarme tan mal.

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កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

3 Ya me habéis vituperado diez veces; ¿No os avergonzáis de injuriarme?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ya me han insultado diez veces, ¿y no se avergüenzan de maltratarme así?

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Con ellas me habéis reprochado ya diez veces. ¿No os avergonzáis de injuriarme?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por diez veces me habéis insultado, sin avergonzaros de tratarme así.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Ya me habéis vituperado diez veces: ¿No os avergonzáis de injuriarme?

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Job 19:3
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

sin embargo, me ha estafado, cambiando mi salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me haga ningún daño.


Cada vez que el rey los consultaba sobre cualquier asunto que exigiera sabiduría y juicio equilibrado, los encontraba diez veces más capaces que todos los magos y brujos de su reino.


Hasta mis propios hermanos fingen no conocerme; me tratan como a un extraño.


Mi aliento le da asco a mi esposa; mi propia familia me rechaza.


Los judíos que vivían cerca de los enemigos venían y nos decían una y otra vez: «¡Llegarán de todos lados y nos atacarán!».


Abandona tus pecados y deja atrás toda iniquidad.


¿Debo quedarme en silencio mientras tú sigues parloteando? Cuando te burlas de Dios, ¿no debería alguien hacerte sentir vergüenza?


ni uno solo de este pueblo entrará jamás en esa tierra. Todos vieron mi gloriosa presencia y las señales milagrosas que realicé, tanto en Egipto como en el desierto, pero vez tras vez me han probado, rehusando escuchar mi voz.


Destruiré su provisión de alimentos, al punto de que diez mujeres necesitarán un solo horno para preparar el pan de sus familias. Ellas racionarán el alimento por peso, y aunque coman, no se saciarán.


José reconoció a sus hermanos enseguida, pero fingió no conocerlos y les habló con dureza. —Ustedes, ¿de dónde vienen? —les preguntó. —De la tierra de Canaán —contestaron—. Venimos a comprar alimento.


«¿Hasta cuándo me torturarán? ¿Hasta cuándo intentarán aplastarme con sus palabras?


Aunque yo hubiera pecado, eso es asunto mío y no de ustedes.


He tenido que soportar tus insultos, pero ahora mi espíritu me mueve a responder.


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