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Job 1:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 de pronto, un fuerte viento del desierto llegó y azotó la casa por los cuatro costados. La casa se vino abajo y todos ellos murieron; yo soy el único que escapó para contárselo».

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Biblia Reina Valera 1960

19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 De repente sopló un fuerte viento del desierto y sacudió las cuatro esquinas de la casa; ésta se derrumbó sobre los jóvenes y han muerto todos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 cuando he aquí vino un torbellino del desierto que golpeó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron. Sólo yo escapé para darte la noticia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 cuando de repente vino un fuerte vendaval de lado del desierto y dio contra las cuatro esquinas de la casa. Ésta se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Sólo yo he logrado escapar para traerte la noticia'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, y azotó las cuatro esquinas de la casa y cayó sobre los jóvenes, y murieron; solamente escapé yo para traerte la noticia.

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Job 1:19
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.


Los habitantes de la isla, al ver la serpiente colgando de su mano, se decían unos a otros: «¡Sin duda este es un asesino! Aunque se salvó del mar, la justicia no le permitirá vivir»;


El resto huyó a la ciudad de Afec, pero la muralla les cayó encima y mató a otros veintisiete mil de ellos. Ben-adad huyó a la ciudad y se escondió en un cuarto secreto.


Entonces el rey se sintió abrumado por la emoción. Subió a la habitación que estaba sobre la entrada y se echó a llorar. Y mientras subía, clamaba: «¡Oh, mi hijo Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Si tan solo yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Oh Absalón, mi hijo, mi hijo!».


y pidió en oración: «Déjame morir con los filisteos». Y el templo se derrumbó sobre los gobernantes filisteos y todos los demás presentes. De esa manera, Sansón mató más personas al morir, que las que había matado durante toda su vida.


y Jacob exclamó: —¡Ustedes me están robando a mis hijos! ¡José ya no está! ¡Simeón tampoco! Y ahora quieren llevarse también a Benjamín. ¡Todo está en mi contra!


Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo».


No había terminado de hablar el tercer mensajero cuando llegó otro con esta noticia: «Sus hijos e hijas estaban festejando en casa del hermano mayor y,


Job se levantó y rasgó su vestido en señal de dolor; después se rasuró la cabeza y se postró en el suelo para adorar


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