Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 9:5 - Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Todos se engañan y se estafan entre sí; ninguno dice la verdad. Con la lengua, entrenada a fuerza de práctica, dicen mentiras; pecan hasta el cansancio.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

5 Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Viven en la mentira y la mentira les impide conocerme.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Cada uno engaña a su compañero, y no habla verdad; Han adiestrado su lengua a la mentira, Y se pervierten hasta el cansancio.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 convertir. ¡Opresión sobre opresión, engaño sobre engaño! Rehúsan conocer a Yahveh.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y cada uno engaña a su prójimo, y no habla verdad; enseñaron su lengua a hablar mentira, y se afanan por cometer iniquidad.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 9:5
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No ha prometido el Señor de los Ejércitos Celestiales que las riquezas de las naciones se convertirán en cenizas? ¡Se esfuerzan mucho, pero todo es en vano!


Los ricos entre ustedes llegaron a tener mucho dinero mediante la extorsión y la violencia. Tus habitantes están tan acostumbrados a mentir que su lengua ya no puede decir la verdad.


Se han cansado en su búsqueda, pero nunca se han dado por vencidos. El deseo les dio nuevas fuerzas, y no se fatigaron.


Tus pecados le dicen a tu boca qué decir, y tus palabras se basan en el astuto engaño.


Estas personas son hipócritas y mentirosas, y tienen muerta la conciencia.


Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo.


»Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿Qué he hecho para que te canses de mí? ¡Contéstame!


Pero es un caso perdido; la corrupción no puede limpiarse. Así que échala al fuego.


Pues sus lenguas lanzan mentiras como flechas envenenadas. Dicen palabras amistosas a sus vecinos mientras en el corazón traman matarlos.


«Mi pueblo encorva sus lenguas como arcos para lanzar mentiras. Se rehúsan a defender la verdad; solo van de mal en peor. Ellos no me conocen», dice el Señor.


¡Qué aflicción para los que arrastran sus pecados con sogas hechas de mentiras, que arrastran detrás de sí la maldad como si fuera una carreta!


Pues las personas malvadas no pueden dormir sin hacer la mala acción del día. No pueden descansar sin antes hacer tropezar a alguien.


Su lengua pica como una serpiente; veneno de víbora gotea de sus labios. Interludio


Afilan su lengua como espada y apuntan como flechas sus palabras amargas.


Tienen la boca llena de maldad, y la lengua repleta de mentiras.


Los malvados conciben el mal; están preñados de dificultades y dan a luz mentiras.


¿Debo quedarme en silencio mientras tú sigues parloteando? Cuando te burlas de Dios, ¿no debería alguien hacerte sentir vergüenza?


Luego dejaron ciegos a todos los hombres que estaban en la puerta de la casa, tanto jóvenes como mayores, los cuales abandonaron su intento de entrar.


Amas el mal más que el bien y las mentiras más que la verdad. Interludio


Diles: “Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios y que rechaza ser enseñada. Entre ellos la verdad ha desaparecido; ya no se escucha en sus labios.


Aun tus hermanos, miembros de tu propia familia, se han vuelto contra ti; conspiran y se quejan de ti. No confíes en ellos, no importa lo amables que sean sus palabras.


Mi pueblo sembró trigo, pero cosecha espinos. Se esforzó, pero no le sirvió de nada. Cosechará vergüenza debido a la ira feroz del Señor».


¿Acaso puede un etíope cambiar el color de su piel? ¿Puede un leopardo quitarse sus manchas? Tampoco ustedes pueden comenzar a hacer el bien porque siempre han hecho lo malo.


Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Las gruesas murallas de Babilonia serán arrasadas y sus inmensas puertas serán quemadas. ¡Los constructores de muchos países han trabajado en vano porque su obra será destruida por fuego!».


Luego di: “De la misma manera Babilonia y su pueblo se hundirán para no levantarse jamás a causa de los desastres que traeré sobre ella”». Aquí terminan los mensajes de Jeremías.


¿No somos hijos del mismo Padre? ¿No fuimos creados por el mismo Dios? Entonces, ¿por qué nos traicionamos unos a otros, violando el pacto de nuestros antepasados?


Después de que murieron todos los de esa generación, creció otra que no conocía al Señor ni recordaba las cosas poderosas que él había hecho por Israel.


Los planes de los rectos son justos, pero el consejo de los perversos es traicionero.


«Mi pueblo es necio y no me conoce —dice el Señor—. Son hijos tontos, sin entendimiento. Son lo suficientemente listos para hacer lo malo, ¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!».


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម