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Jeremías 6:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Ellos son rebeldes de la peor clase, llenos de calumnia. Son tan duros como el bronce y el hierro y llevan a otros a la corrupción.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Todos ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Pues son todos unos rebeldes y calumniadores; todo lo echan a perder.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Todos son rebeldes obstinados, Y propalan calumnias; Todos son bronce y hierro de mala calidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Todos ellos son perfectos rebeldes, que difunden calumnias; son cobre y hierro, todos ellos son unos corrompidos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Todos ellos son rebeldes obstinados, andan con calumniadores; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores.

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Jeremías 6:28
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

«¡Cuidado con tu vecino! ¡Ni siquiera confíes en tu hermano! Pues un hermano saca ventaja de su hermano, y un amigo calumnia a su amigo.


Sin embargo, mi pueblo tiene el corazón terco y rebelde; se alejó y me abandonó.


Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice».


Sus juicios son verdaderos y justos. Él ha castigado a la gran prostituta que corrompió a la tierra con su inmoralidad. Él ha vengado la muerte de sus siervos».


Las naciones se llenaron de ira, pero ahora el tiempo de tu ira ha llegado. Es tiempo de juzgar a los muertos y de recompensar a tus siervos, los profetas, y también a tu pueblo santo y a todos los que temen tu nombre, desde el menos importante hasta el más importante. Es tiempo de destruir a todos los que han causado destrucción en la tierra».


He oído los muchos rumores acerca de mí. Me llaman «El hombre que vive aterrorizado». Me amenazan diciendo: «Si dices algo te denunciaremos». Aun mis viejos amigos me vigilan, esperando que cometa algún error fatal. «Caerá en su propia trampa —dicen—, entonces nos vengaremos de él».


Los marcaré: “plata rechazada”, porque yo, el Señor, los desecho».


Pueblo mío, aunque eres rebelde y perverso, ven y regresa al Señor.


Se la pasan calumniando a su hermano, a su propio hermano de sangre.


»No disemines chismes difamatorios entre tu pueblo. »No te quedes con los brazos cruzados cuando la vida de tu prójimo corre peligro. Yo soy el Señor.


Tu impureza es tu lascivia y la corrupción fruto de tu idolatría. Yo traté de limpiarte, pero tú te negaste. Ahora quedarás en tu inmundicia hasta que sacie mi furia contra ti”.


»Sin embargo, si el moho vuelve a aparecer después de que todas las piedras hayan sido reemplazadas y las paredes hayan sido raspadas y recubiertas con yeso,


Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!


Encubrir el odio te hace un mentiroso; difamar a otros te hace un necio.


Diles: “Esta es la nación que no obedece al Señor su Dios y que rechaza ser enseñada. Entre ellos la verdad ha desaparecido; ya no se escucha en sus labios.


«Mi pueblo encorva sus lenguas como arcos para lanzar mentiras. Se rehúsan a defender la verdad; solo van de mal en peor. Ellos no me conocen», dice el Señor.


Debes darles mis mensajes, te escuchen o no. Sin embargo, no te escucharán, ¡porque son totalmente rebeldes!


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