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Jeremías 51:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvense a sí mismos! ¡No queden atrapados en su castigo! Es el tiempo de la venganza del Señor; él le dará su merecido.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Salgan de en medio de Babilonia y que cada cual salve su vida; para que no perezca cuando llegue su castigo, pues éste es el momento de la venganza de Yavé en que él le dará su merecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Huid de en medio de Babilonia, Y cada cual salve su vida, No perezcáis a causa de su maldad, Porque es tiempo de venganza de YHVH: Va a darle la retribución debida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su alma, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque este es el tiempo de la venganza de Jehová; Él le dará su pago.

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Jeremías 51:6
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Pero ahora, ¡huyan de Babilonia! Abandonen la tierra de los babilonios. Guíen a mi pueblo de regreso al hogar como hace el macho cabrío que va a la cabeza de la manada.


Escuchen a la gente que escapó de Babilonia mientras cuentan en Jerusalén cómo el Señor nuestro Dios se vengó de los que destruyeron su templo.


Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes. ¡Miren! ¡Se rinde! Sus murallas han caído. Es la venganza del Señor, así que vénguense también ustedes. ¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!


»Sal, pueblo mío, huye de Babilonia. ¡Sálvense! Huyan del terrible enojo del Señor.


Muchas naciones y grandes reyes esclavizarán a los babilonios, así como ellos esclavizaron a mi pueblo. Los castigaré en proporción al sufrimiento que le ocasionaron a mi pueblo”».


«¡Rápido! —le dijo a la gente—, aléjense de las carpas de estos hombres perversos y no toquen ninguna de sus pertenencias. De lo contrario, serán destruidos por el pecado de ellos».


La gran ciudad de Babilonia se partió en tres secciones, y las ciudades de muchas naciones cayeron y quedaron reducidas a escombros. Así que Dios se acordó de todos los pecados de Babilonia, y la hizo beber de la copa que estaba llena del vino del furor de su ira.


Nunca te apresures cuando tengas que nombrar a un líder de la iglesia. No participes en los pecados de los demás. Mantente puro.


¡Váyanse, todos ustedes que escaparon de la espada! ¡No se detengan para mirar, huyan mientras puedan! Recuerden al Señor, aunque estén en una tierra lejana, y piensen en su hogar en Jerusalén».


¡Afilen las flechas! ¡Alcen los escudos! Pues el Señor ha incitado a los reyes de Media a que marchen contra Babilonia y la destruyan. Esta es su venganza contra los que profanaron su templo.


La habríamos ayudado si hubiéramos podido, pero ya nada se puede hacer por ella. Déjenla ir; abandónenla. Regresen ahora a su propio país. Pues su castigo llega hasta los cielos; es tan grande que no se puede medir.


«Mira, pueblo arrogante, yo soy tu enemigo —dice el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Ha llegado el día de tu juicio, el día en que te castigaré.


Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio! Salgan de Babilonia y de los babilonios. ¡Canten este mensaje! Grítenlo hasta los extremos de la tierra. El Señor ha redimido a sus siervos: a los del pueblo de Israel.


Pues este es el día del Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, día para vengarse de sus enemigos. La espada devorará hasta quedar satisfecha, ¡sí, hasta que se emborrache de la sangre de ustedes! El Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, recibirá hoy un sacrificio en la tierra del norte, junto al río Éufrates.


Todas las naciones le servirán a él, a su hijo y a su nieto hasta que se acabe el tiempo de ellos. Entonces muchas naciones y grandes reyes conquistarán y dominarán a Babilonia.


Cuando la beban se tambalearán, enloquecidos por la guerra que enviaré contra ellos».


Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.


»Alégrense con él, oh cielos, y que lo adoren todos los ángeles de Dios. Alégrense con su pueblo, oh gentiles, y que todos los ángeles se fortalezcan en él. Pues él vengará la sangre de sus hijos; cobrará venganza de sus enemigos. Dará su merecido a los que lo odian y limpiará la tierra de su pueblo».


cuando afile mi espada reluciente y comience a hacer justicia, me vengaré de mis enemigos y daré su merecido a los que me rechazan.


Por fuera, la espada los matará, y por adentro, el terror los carcomerá, tanto a los muchachos como a las jovencitas, tanto a los niños como a los ancianos.


Ha llegado la hora de cobrar venganza por mi pueblo, de rescatar a mi pueblo de sus opresores.


¡Huyan por su vida! ¡Escóndanse en el desierto!


Esto dice el Señor a Jerusalén: «Yo seré tu abogado para defender tu causa y te vengaré. Secaré su río, tal como sus fuentes de agua,


Vienen contra Babilonia ejércitos destructores. Apresan a sus hombres valientes y sus armas se quiebran en sus manos. Pues el Señor es Dios que da justo castigo; él siempre le da a cada cual su merecido.


Señor, dales su merecido por todo lo malo que han hecho.


Oh Señor, Dios de venganza, oh Dios de venganza, ¡haz que tu gloriosa justicia resplandezca!


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