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Jeremías 51:30 - Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Sus guerreros más poderosos ya no luchan más. Permanecen en sus cuarteles, sin valentía; se volvieron como mujeres. Los invasores quemaron las casas y derribaron las puertas de la ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Los valientes de Babilonia han abandonado la batalla y se han sentado en las ciudadelas; se les acabaron las fuerzas y parecen unas mujeres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Los valientes de Babilonia dejan de luchar, Se agachan en sus fortalezas, Su poder ha fracasado, Se han vuelto como mujeres; Sus casas están quemadas, rotos sus cerrojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Dejaron de luchar los guerreros de Babel, se quedaron sentados en sus fortalezas, se agotó su valor, se han convertido en mujeres. Se han quemado sus viviendas, sus cerrojos se han roto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Los hombres valientes de Babilonia dejaron de pelear, se han quedado en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se han vuelto como mujeres; les han quemado sus casas, quebrados están sus cerrojos.

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Jeremías 51:30
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tus tropas serán tan débiles e indefensas como mujeres. Las puertas de tu país se abrirán de par en par al enemigo; les prenderán fuego y se quemarán.


Las puertas de Jerusalén se han hundido en la tierra; él rompió sus cerrojos y sus barrotes. Sus reyes y príncipes fueron desterrados a tierras lejanas; su ley dejó de existir. Sus profetas no reciben más visiones de parte del Señor.


En aquel día, los egipcios serán tan débiles como las mujeres. Se encogerán de miedo bajo el puño levantado del Señor de los Ejércitos Celestiales.


Nuestros enemigos más audaces fueron saqueados y yacen ante nosotros en el sueño de la muerte. No hay guerrero que pueda levantarse contra nosotros.


Derribaré las puertas de Damasco y masacraré a los habitantes en el valle de Avén. Destruiré al gobernante de Bet-edén, y los habitantes de Aram serán llevados cautivos a Kir», dice el Señor.


Sus ciudades caerán y sus fortalezas serán tomadas. Aun los guerreros más poderosos estarán en agonía como mujeres en trabajo de parto.


Aterrorizados por su gran tormento, los reyes del mundo se mantendrán a distancia y clamarán: «¡Qué terrible, qué terrible para ti, oh Babilonia, tú, gran ciudad! En un solo instante el juicio de Dios cayó sobre ti».


Haré que sus autoridades y hombres sabios se emborrachen, junto con sus capitanes, oficiales y guerreros. ¡Caerán dormidos y nunca más se despertarán!», dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Se han cortado todas las rutas de fuga. Los pantanos están en llamas y el ejército se llenó de pánico.


Pues él ha reforzado las rejas de tus puertas y ha bendecido a tus hijos que habitan dentro de tus murallas.


Pues rompió las puertas de bronce de su prisión; partió en dos los barrotes de hierro.


Pero ellos son como la paja que arde en el fuego; no pueden salvarse a sí mismos de las llamas. No recibirás ninguna ayuda de ellos; su chimenea no es lugar para sentarse y calentarse.


Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes. ¡Miren! ¡Se rinde! Sus murallas han caído. Es la venganza del Señor, así que vénguense también ustedes. ¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!


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