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Jeremías 51:14 - Biblia Nueva Traducción Viviente

14 El Señor de los Ejércitos Celestiales hizo este voto y lo juró por su propio nombre: «Tus ciudades se llenarán de enemigos, como campos plagados de langostas, y cantarán victoria sobre ti».

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Biblia Reina Valera 1960

14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Yavé de los Ejércitos lo ha jurado por sí mismo: Te llenaré de hombres tan numerosos como langostas, que lanzarán gritos de guerra contra ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 YHVH Sebaot ha jurado por sí mismo: Aunque tu muchedumbre sea más que la langosta, Sobre ti alzarán el grito de victoria.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Yahveh Sebaot lo ha jurado por sí mismo: '¡Aunque yo te llene de hombres como de langostas, entonarán contra ti el grito de guerra!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

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Jeremías 51:14
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales: «Desprecio la arrogancia de Israel y odio sus fortalezas. Entregaré esta ciudad a sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».


El Señor dice: «Les devolveré lo que perdieron a causa del pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga. Fui yo quien envió ese gran ejército destructor en contra de ustedes.


Lancen gritos de guerra contra Babilonia desde todas partes. ¡Miren! ¡Se rinde! Sus murallas han caído. Es la venganza del Señor, así que vénguense también ustedes. ¡Háganle lo mismo que ella les hizo a otros!


Pues juré por mi propio nombre —dice el Señor—, que Bosra se convertirá en objeto de horror y en un montón de ruinas; se burlarán de ella y la maldecirán. Todas sus ciudades y aldeas quedarán desoladas para siempre».


Por ejemplo, estaba la promesa que Dios le hizo a Abraham. Como no existía nadie superior a Dios por quién jurar, Dios juró por su propio nombre, diciendo:


Levanten una bandera de señales a las naciones. ¡Hagan sonar el grito de guerra! Movilicen a todas contra Babilonia. ¡Prepárenlas para luchar contra ella! Convoquen a los ejércitos de Ararat, Mini y Askenaz. ¡Nombren a un comandante y traigan una multitud de caballos como una nube de langostas!


Cortarán a su pueblo como se talan los árboles —dice el Señor—, porque son más numerosos que las langostas.


Estas multitudes enemigas, que venían con sus animales y sus carpas, eran como una plaga de langostas; llegaban en numerosas manadas de camellos, imposibles de contar, y no se iban hasta que la tierra quedaba desolada.


Habló, y vinieron oleadas de langostas, langostas jóvenes en cantidades innumerables.


»Sin embargo, escuchen este mensaje del Señor todos ustedes, los judíos que ahora viven en Egipto: “He jurado por mi gran nombre —dice el Señor— que mi nombre ya no será pronunciado por ningún judío en la tierra de Egipto. Ninguno de ustedes podrá invocar mi nombre ni usar el siguiente juramento: ‘Tan cierto como que el Señor Soberano vive’.


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