Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 5:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 No dicen de corazón: ‘Vivamos con temor reverente ante el Señor nuestro Dios, porque nos da la lluvia cada primavera y otoño, asegurándonos una cosecha en el tiempo apropiado’.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

24 Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 sin que se les ocurriera decir: 'Temamos a Yavé, nuestro Dios, que nos manda lluvia, en otoño y en primavera, y nos concede el tiempo justo para cosechar.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y no dicen en su corazón: Temamos ya a YHVH nuestro Dios, Aquel que nos daba las lluvias, Las tempranas° y las tardías,° en su tiempo, Reservando para nosotros las semanas establecidas para la siega.°

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 y en su corazón no dijeron: 'Temamos a Yahveh, nuestro Dios, que da la lluvia, la lluvia temprana y la lluvia tardía, a su tiempo; las semanas fijadas para la siega él nos las asegura'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová nuestro Dios, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; Él nos guarda los tiempos establecidos de la siega.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 5:24
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Él cubre los cielos con nubes, provee lluvia a la tierra, y hace crecer la hierba en los pastizales de los montes.


¡Alégrense, habitantes de Jerusalén! ¡Alégrense en el Señor su Dios! Pues la lluvia que él envía demuestra su fidelidad. Volverán las lluvias de otoño, así como las de primavera.


Mientras la tierra permanezca, habrá cultivos y cosechas, frío y calor, verano e invierno, día y noche».


pero nunca las dejó sin pruebas de sí mismo y de su bondad. Por ejemplo, les envía lluvia y buenas cosechas, y les da alimento y corazones alegres».


De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Pues él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual.


¿Puede alguno de los inútiles dioses ajenos enviarnos lluvia? ¿O acaso cae del cielo por sí misma? No, tú eres el único, ¡oh Señor nuestro Dios! Solo tú puedes hacer tales cosas. Entonces esperaremos que nos ayudes.


Ellos tienen el poder de cerrar los cielos para que no llueva durante el tiempo que profeticen. También tienen el poder de convertir los ríos y los mares en sangre, y de azotar la tierra cuantas veces quieran con toda clase de plagas.


Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos.


Pidan al Señor lluvia en la primavera, porque él forma las nubes de tempestad. Y él mandará abundante lluvia de modo que cada campo se convierta en un buen pastizal.


«Yo detuve la lluvia cuando sus cosechas más la necesitaban. Envié la lluvia sobre una ciudad, pero la retuve en otra. Llovió en un campo, mientras otro se marchitaba.


«Vengan, volvámonos al Señor. Él nos despedazó, pero ahora nos sanará. Nos hirió, pero ahora vendará nuestras heridas.


Preguntarán por el camino a Jerusalén y emprenderán el regreso a su hogar. Se aferrarán al Señor con un pacto eterno que nunca se olvidará.


¿No me tienes respeto? ¿Por qué no tiemblas en mi presencia? Yo, el Señor, con la arena defino el límite del océano como frontera eterna que las aguas no pueden cruzar. Las olas pueden agitarse y rugir, pero nunca podrán pasar los límites que establecí.


Sin embargo, nadie invoca tu nombre ni te ruega misericordia. Por eso tú te apartaste de nosotros y nos entregaste a nuestros pecados.


¿Quién es lo suficientemente sabio para contar las nubes? ¿Quién puede inclinar los cántaros de los cielos


Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».


El Señor enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones, pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado.


Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.


Él envía lluvia a la tierra y agua a los campos.


Cuidas la tierra y la riegas; la enriqueces y la haces fértil. El río de Dios tiene agua en abundancia; proporciona una exuberante cosecha de grano, porque así ordenaste que fuera.


Tu perversidad traerá su propio castigo. El haberte alejado de mí te avergonzará. Verás qué malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no temerle. ¡Yo, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!


Por eso incluso han faltado las lluvias de primavera. Pues eres una prostituta descarada y totalmente desvergonzada.


Anhelaban mis palabras como la gente anhela la lluvia; las bebían como a la lluvia refrescante de primavera.


Cuando habla en los truenos, los cielos rugen con lluvia. Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra. Envía el relámpago junto con la lluvia, y suelta el viento de sus depósitos.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម