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Jeremías 49:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Vendré como un león que sale de los matorrales del Jordán y atacaré a las ovejas en los pastos. Echaré a Edom de su tierra, y nombraré al líder que yo escoja. Pues, ¿quién es como yo y quién puede desafiarme? ¿Qué gobernante puede oponerse a mi voluntad?».

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Biblia Reina Valera 1960

19 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la bella y robusta; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Como un león que sale de la espesura del Jordán y se dirige a un potrero siempre verde, así, en un abrir y cerrar de ojos, estaré en sus praderas y los haré huir. Pues ¿quién es como yo? ¿Quién podrá resistirme, y dónde está el pastor capaz de hacerme frente?

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Como un león que sube de la espesura del Jordán a pastizales de perenne verdor, así los espantaré de repente, y me adueñaré de los escogidos. Porque, ¿quién es semejante a mí? ¿Quién me desafía? ¿Quién es aquel pastor que me podrá resistir?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Mirad: como sube un león de la espesura del Jordán a un pastizal regado, así, en un instante, los ahuyentaré de allí y escogeré sus carneros más selectos. Porque, ¿quién como yo? ¿Quién me citará a juicio? ¿Qué pastor resistirá ante mí?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán a la habitación de los fuertes; pero de repente lo haré huir de ella; ¿y quién es el hombre escogido que yo pueda nombrar sobre ella? Porque, ¿quién es semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Y quién será aquel pastor que me podrá resistir?

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Jeremías 49:19
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«Si te cansa competir contra simples hombres, ¿cómo podrás correr contra caballos? Si tropiezas y caes en campo abierto, ¿qué harás en los matorrales cerca del Jordán?


Volverán a tener su propio gobernante, quien surgirá de entre ellos mismos. Lo invitaré a que se acerque a mí —dice el Señor—, porque ¿quién se atrevería a acercarse sin ser invitado?


Y como nadie se atreve a molestarlo a él, ¿quién podrá hacerme frente a mí?


Si es cuestión de fuerza, él es el fuerte, y si de justicia, ¿quién se atreverá a llevarlo al tribunal?


Era la temporada de la cosecha, y el Jordán desbordaba su cauce. Pero en cuanto los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron el agua a la orilla del río,


»Oh Señor, entre los dioses, ¿quién es como tú: glorioso en santidad, imponente en esplendor, autor de grandes maravillas?


porque ha llegado el gran día de su ira, ¿y quién podrá sobrevivir?».


Escuchen el gemido de los pastores porque se destruyeron sus abundantes pastizales. Oigan rugir a los leones jóvenes porque se arruinaron sus matorrales en el valle del Jordán.


¿Quién podrá quedar en pie ante su ira feroz? ¿Quién podrá sobrevivir ante su furia abrasadora? Su furor arde como el fuego, y ante él las montañas se desmenuzan.


Desde su guarida un león acecha, un destructor de naciones. Ha salido de su guarida y se dirige hacia ustedes. ¡Arrasará su tierra! Sus ciudades quedarán en ruinas, y ya nadie vivirá en ellas.


«¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual a mí?», pregunta el Santo.


No lleves a juicio a tu siervo, porque ante ti nadie es inocente.


¡Oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales! ¿Dónde hay alguien tan poderoso como tú, oh Señor? Eres completamente fiel.


Pues, ¿quién se compara con el Señor en todo el cielo? ¿Qué ángel poderosísimo se asemeja en algo al Señor?


¡Con razón eres tan temido! ¿Quién puede quedar en pie ante ti cuando estalla tu ira?


»Soy inocente, pero para mí no marca ninguna diferencia; desprecio mi vida.


Estos eran los hombres que cruzaron el río Jordán durante la época de inundación a principios del año y expulsaron a todos los que vivían en las tierras bajas situadas en la ribera oriental y en la occidental.


Entonces les dijo a Coré y a sus seguidores: —Mañana por la mañana el Señor nos mostrará quién le pertenece a él y quién es santo. El Señor permitirá la entrada a su presencia solo a quienes él elija.


Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues solo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo.


y oró diciendo: «Oh Señor, Dios de nuestros antepasados, solo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente!


Desde el cielo sentenciaste a tus enemigos; la tierra tembló y permaneció en silencio delante de ti.


reuniré a todos los ejércitos del norte bajo el mando de Nabucodonosor, rey de Babilonia, a quien nombré mi representante. Los traeré contra esta tierra, contra su gente y contra las naciones vecinas. A ustedes los destruiré por completo y los convertiré en objeto de horror, desprecio y ruina para siempre.


La primera bestia era como un león con alas de águila. Mientras yo observaba, le fueron arrancadas las alas y quedó de pie en el suelo sobre sus dos patas traseras, como un ser humano; y se le dio una mente humana.


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