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Jeremías 4:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 La tierra estará de luto y los cielos serán tapizados de negro a causa de la sentencia que pronuncié contra mi pueblo. Lo he decidido y no lo cambiaré».

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Biblia Reina Valera 1960

28 Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no me arrepentí, ni desistiré de ello.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Por eso, la tierra se viste de luto y los cielos se oscurecen, porque yo lo he dicho y no me arrepentiré; lo he resuelto y no me volveré atrás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Por eso se enlutará la tierra y se oscurecerán° los cielos arriba; Pues he hablado, lo he pensado, Y no cambiaré de parecer ni desistiré de ello.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Por esto hará duelo la tierra y los cielos arriba se oscurecerán; pues lo he dicho, lo he decidido y no me arrepiento ni me retracto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo determiné, y no me arrepentiré, ni me retraeré de ello.

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Jeremías 4:28
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dios no es un hombre; por lo tanto, no miente. Él no es humano; por lo tanto, no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir?


Por eso la tierra está de luto y todos desfallecen. Hasta los animales salvajes y las aves de los cielos y los peces del mar desaparecen.


¿Hasta cuándo tendrá que llorar esta tierra? Incluso la hierba de los campos se ha marchitado. Los animales salvajes y las aves han desaparecido debido a la maldad que hay en la tierra. Pues la gente ha dicho: «¡El Señor no ve nuestro futuro!».


Yo soy quien viste de tinieblas los cielos, y los cubro con ropajes de luto».


Rugirán sobre sus víctimas en aquel día de destrucción, como el rugido del mar. Si alguien extiende su mirada por toda la tierra, solo verá oscuridad y angustia; hasta la luz quedará oscurecida por las nubes.


Mientras yo miraba, el Cordero rompió el sexto sello, y hubo un gran terremoto. El sol se volvió tan oscuro como tela negra, y la luna se volvió tan roja como la sangre.


pero había un juramento con relación a Jesús. Pues Dios le dijo: «El Señor ha hecho un juramento y no romperá su promesa: “Tú eres sacerdote para siempre”».


Es más, dado que estamos unidos a Cristo, hemos recibido una herencia de parte de Dios, porque él nos eligió de antemano y hace que todas las cosas resulten de acuerdo con su plan.


Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan.


Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.


Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.


Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.


Los campos están arruinados, la tierra quedó desnuda. El grano está destruido, las uvas se secaron y se acabó el aceite de oliva.


»¿Debo rescatarlos de la tumba? ¿Debo redimirlos de la muerte? ¡Oh muerte, haz salir tus horrores! ¡Tumba, desata tus plagas! Ya no les tendré compasión.


»¡Yo, el Señor, he hablado! Ha llegado la hora y no me contendré. No cambiaré de parecer ni tendré compasión de ti. Serás juzgada por tus acciones perversas, dice el Señor Soberano».


La ira feroz del Señor no disminuirá hasta que haya terminado con todo lo que él tiene pensado. En los días futuros ustedes entenderán todo esto.


El enojo del Señor no disminuirá hasta que termine con todo lo que él tenía pensado. En los días futuros, ustedes entenderán todo esto con claridad.


Pues la tierra está llena de adulterio, y está bajo una maldición. La tierra está de luto; los pastos del desierto están resecos. Todos hacen lo malo y abusan del poder que tienen.


«Judá desfallece; el comercio a las puertas de la ciudad se estanca. Todo el pueblo se sienta en el suelo porque está de luto, y surge un gran clamor de Jerusalén.


Lo han convertido en tierra baldía; escucho su triste lamento. Toda la tierra está desolada y a nadie siquiera le importa.


»Jeremías, no ores más por este pueblo. No llores ni ores por ellos y no me supliques que los ayude, porque no te escucharé.


Arriba, los cielos se esfumarán y desaparecerán como quien enrolla un pergamino. Las estrellas caerán del cielo como caen las hojas marchitas de una vid, o los higos secos de una higuera.


La tierra está de duelo y se seca, y el suelo se consume y se marchita; hasta los mejores habitantes de la tierra se consumen.


Y aquel que es la Gloria de Israel, no mentirá ni cambiará de parecer porque no es humano para que cambie de parecer.


¡Levanten la bandera de guerra contra Babilonia! Refuercen la guardia y pongan centinelas. Preparen la emboscada porque el Señor llevará a cabo todos sus planes contra Babilonia.


Sin embargo, es el Señor quien hizo exactamente lo que se había propuesto; cumplió las promesas de calamidad que hizo hace mucho tiempo. Destruyó a Jerusalén sin misericordia; hizo que sus enemigos se regodearan ante ella y sobre ella les dio poder.


»Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales dice: estaba decidido a castigarlos cuando sus antepasados me hicieron enojar y no cambié de parecer, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.


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