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Jeremías 32:37 - Biblia Nueva Traducción Viviente

37 ciertamente traeré de regreso a mi pueblo de todos los países adonde lo esparcí en mi furor. Lo traeré de regreso a esta misma ciudad para que viva en paz y seguridad.

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Biblia Reina Valera 1960

37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 Yo los reuniré de todos los países adonde los empujé cuando estaba tan enojado, indignado y encolerizado. Los haré regresar a este lugar y haré que vivan seguros en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 Yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché en mi ira, en mi enojo y en mi gran indignación, y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguros;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Mirad: voy a reunirlos de todos los países adonde los expulsé a causa de mi ira, mi furor y mi gran encono, y los haré volver a este lugar, para que vivan en él tranquilos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

37 He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguros,

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Jeremías 32:37
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero reuniré al remanente de mi rebaño de todos los países donde lo he expulsado. Volveré a traer a mis ovejas a su redil y serán fructíferas y crecerán en número.


Y su nombre será: “El Señor es nuestra justicia”. En ese día Judá estará a salvo, e Israel vivirá seguro.


Yo, el Señor Soberano, los reuniré de entre las naciones adonde fueron esparcidos y les daré una vez más el territorio de Israel’”.


En ese día Judá será salvo, y Jerusalén vivirá segura. Y este será su nombre: “El Señor es nuestra justicia”.


¡Oh Señor nuestro Dios, sálvanos! Vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que podamos agradecer a tu santo nombre, alegrarnos y alabarte.


Entonces Jerusalén, por fin a salvo, se llenará de gente y nunca más será maldecida ni destruida.


Entonces los pueblos de Judá e Israel se unirán, elegirán un solo líder y regresarán juntos del destierro. Qué gran día será —el día de Jezreel— cuando Dios plantará de nuevo a su pueblo en su tierra.


En cambio, dirán: “Tan cierto como que el Señor vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a donde él los envió al destierro”. Entonces vivirán en su propia tierra».


»”En ese día, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, cada uno invitará a su vecino a sentarse en paz bajo sus propias vides e higueras”».


En ese día los reuniré y los traeré de regreso a casa. Les daré un buen nombre, un nombre distinguido entre todas las naciones de la tierra, cuando, ante sus propios ojos, restauraré tu bienestar. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


»Judá, en cambio, se llenará de gente para siempre y Jerusalén perdurará a través de todas las generaciones.


Pero después el pueblo volverá y se dedicará al Señor su Dios y al descendiente de David, su rey. En los últimos días, temblarán de asombro ante el Señor y su bondad.


Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades.


»Ustedes, naciones del mundo, escuchen este mensaje del Señor; proclámenlo en las costas lejanas: El Señor, quien dispersó a su pueblo, lo reunirá y lo cuidará como hace un pastor con su rebaño.


Esto dice el Señor: «Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa y cuando restablezca su bienestar, Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas y el palacio reconstruido como antes.


Sí, me encontrarán —dice el Señor—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”.


Pues los recogeré de entre todas las naciones y los haré regresar a su tierra.


»Por tanto, se acerca la hora —dice el Señor—, cuando la gente que haga un juramento ya no dirá: “Tan cierto como que el Señor vive, quien rescató al pueblo de Israel de la tierra de Egipto”.


En cambio, dirán: “Tan cierto como que el Señor vive, quien trajo a Israel de regreso a su propia tierra desde la tierra del norte y de todos los países a donde él los envió al destierro”. Pues los traeré nuevamente a esta tierra que les di a sus antepasados.


Yo mismo pelearé contra ti con mano fuerte y brazo poderoso porque estoy muy enojado. ¡Me has puesto furioso!


Velaré por ellos, los cuidaré y los traeré de regreso a este lugar. Los edificaré y no los derribaré. Los plantaré y no los desarraigaré.


Pues esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Algún día de nuevo habrá dueños de estos terrenos que comprarán y venderán casas, viñedos y campos”».


»Esto dice el Señor Soberano: el pueblo de Israel volverá a vivir en su propio país, la tierra que le di a mi siervo Jacob. Pues reuniré a los israelitas de entre las tierras lejanas adonde los había esparcido. A la vista de las naciones del mundo, revelaré mi santidad en mi pueblo.


Esto dice el Señor: «Desarraigaré de sus tierras a todas las naciones malvadas que extendieron la mano para tomar lo que le di a Israel. Desarraigaré a Judá de entre ellos,


También con enojo, extenderé mi mano fuerte y mi brazo poderoso, y te traeré de regreso desde los territorios por donde fuiste esparcido.


En Israel, ellos vivirán seguros, construirán casas y cultivarán viñedos; y cuando yo castigue a las naciones vecinas que los trataron con desprecio, ellos sabrán que yo soy el Señor su Dios».


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