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Jeremías 32:35 - Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Edificaron santuarios paganos a Baal en el valle de Ben-hinom y allí sacrifican a sus hijos e hijas a Moloc. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa! ¡Qué maldad tan increíble la que hizo que Judá pecara tanto!

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Biblia Reina Valera 1960

35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Han construido, además, altares a Baal, en el valle de Ben-Hinón, para quemar en el fuego a sus hijos e hijas en honor a Moloc, cosa que yo jamás les ordené, ni tampoco se me pasó por la mente que practicarían tales infamias para hacer pecar a Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Edificaron lugares altos a Baal, en el valle de Ben-Hinom, y allí hicieron pasar por el fuego a sus hijos e hijas en honor de Moloc. Cosa que Yo no les mandé, ni me cruzó al pensamiento que pudieran haber hecho tal abominación para hacer pecar a Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 y construyeron los lugares altos de Baal en el valle de Ben Hinón, para ofrecer a sus hijos y a sus hijas a Mólec -cosa que no les mandé, ni se me vino a las mientes que cometieran tal abominación-, haciendo pecar así a Judá.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas a Moloc, lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

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Jeremías 32:35
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Han edificado santuarios paganos en Tofet, el basurero en el valle de Ben-hinom, donde queman a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!


»No permitas que ninguno de tus hijos sea ofrecido como sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.


Manasés también sacrificó a sus propios hijos en el fuego en el valle de Ben-hinom. Practicó la hechicería, la adivinación y la brujería, y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas que eran malas a los ojos del Señor y con eso provocó su enojo.


Después el rey profanó el altar de Tofet en el valle de Ben-hinom, a fin de que nunca más nadie lo usara para sacrificar a un hijo o una hija en el fuego como ofrenda a Moloc.


Pues él también había hecho lo malo a los ojos del Señor. Zimri siguió el ejemplo de Jeroboam en cuanto a todos los pecados que Jeroboam había cometido y que hizo cometer a Israel.


Ellas han cometido adulterio y homicidio: adulterio al rendir culto a ídolos y homicidio al quemar en sacrificio a los hijos que me habían dado.


Rinden culto con gran pasión a sus ídolos, debajo de los robles y debajo de todo árbol frondoso. Sacrifican a sus hijos abajo, en los valles, entre los peñascos de los acantilados.


Sin embargo, Manasés llevó al pueblo de Judá y de Jerusalén a cometer cosas aún peores de las que habían hecho las naciones paganas que el Señor había destruido cuando el pueblo de Israel entró en la tierra.


El rey también derribó el altar que estaba en Betel, el santuario pagano que Jeroboam, hijo de Nabat, había levantado cuando hizo pecar a Israel. Quemó el santuario y lo molió hasta convertirlo en cenizas, y quemó el poste dedicado a la diosa Asera.


«El rey Manasés de Judá ha hecho muchas cosas detestables. Es aún más perverso que los amorreos, quienes vivían en esta tierra antes que Israel. Él hizo que la gente de Judá pecara con sus ídolos.


Sin embargo, continuó con los pecados que Jeroboam, hijo de Nabat, había cometido e hizo cometer al pueblo de Israel.


Voy a destruir a tu familia como lo hice con la familia de Jeroboam, hijo de Nabat, y con la familia de Baasa, hijo de Ahías, ¡porque me hiciste enojar mucho e hiciste pecar a Israel!”.


Así ocurrió porque Jeroboam había provocado el enojo del Señor, Dios de Israel, con los pecados que había cometido y los que hizo cometer a Israel.


Él hizo lo malo a los ojos del Señor y siguió el ejemplo de su padre; continuó con los pecados que Jeroboam hizo cometer a Israel.


Él abandonará a Israel, debido a que Jeroboam pecó e hizo que Israel pecara con él».


Pues Salomón se ha apartado de mí y rindió culto a Astoret, diosa de los sidonios; a Quemos, dios de Moab; y a Moloc, dios de los amonitas. Salomón no ha seguido mis caminos ni ha hecho lo que me agrada. Tampoco ha obedecido mis decretos y ordenanzas como lo hizo su padre David.


el primer marido no podrá casarse de nuevo con ella, porque ha quedado impura. Sería un acto detestable a los ojos del Señor. No debes manchar de culpa la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.


Por ejemplo, jamás sacrifiques a tu hijo o a tu hija como una ofrenda quemada. Tampoco permitas que el pueblo practique la adivinación, ni la hechicería, ni que haga interpretación de agüeros, ni se mezcle en brujerías,


Por último, se dirigió a Aarón y le preguntó: —¿Qué te hizo este pueblo para que lo llevaras a caer en un pecado tan grande?


No, llevabas a tus dioses paganos, el santuario de Moloc, la estrella de tu dios Refán y las imágenes que hiciste a fin de rendirles culto. Por lo tanto, te mandaré al destierro, tan lejos como Babilonia”.


Tú no adorarás al Señor tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el Señor odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.


Incluso construyó un santuario pagano para Quemos, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el detestable dios de los amonitas, en el monte de los Olivos al oriente de Jerusalén.


»La gente de Judá ha pecado ante mis propios ojos —dice el Señor—. Han puesto sus ídolos abominables precisamente en el templo que lleva mi nombre, y así lo han profanado.


Vete por la puerta de las Ollas Rotas al basurero en el valle de Ben-hinom, y dales este mensaje.


»Una y otra vez envié a mis siervos, los profetas, para rogarles: “No hagan estas cosas horribles que tanto detesto”,


Construyó altares paganos dentro del templo del Señor, el lugar sobre el cual el Señor había dicho: «Mi nombre permanecerá en Jerusalén para siempre».


Asimismo, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo se volvieron cada vez más infieles. Siguieron todas las prácticas paganas de las naciones vecinas y profanaron el templo del Señor que había sido consagrado en Jerusalén.


Todos tus amantes, tus aliados, te han abandonado y ya no se interesan por ti. Te he herido cruelmente como si fuera tu enemigo. Pues tus pecados son muchos y tu culpa es grande.


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