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Jeremías 32:23 - Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Nuestros antepasados vinieron, la conquistaron y vivieron en ella, pero rehusaron obedecerte o seguir tu palabra. No hicieron nada de lo que les ordenaste. Por eso enviaste este terrible desastre sobre ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

23 y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Llegaron a ella y se adueñaron de ella, pero no escucharon tu voz ni se portaron de acuerdo a tus mandamientos. Y como no hicieron nada de lo que tú les habías ordenado, tú mandaste contra ellos todas estas calamidades.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y ellos entraron y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu Ley. Nada han hecho de cuanto les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Ellos vinieron y lo ocuparon, pero no escucharon tu voz, no caminaron según tu ley ni hicieron nada de cuanto les habías mandado hacer, y así convocaste contra ellos toda esta desgracia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 y entraron, y la poseyeron; pero no obedecieron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal.

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Jeremías 32:23
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Desde el tiempo de nuestros antepasados hasta el día de hoy, hemos vivido sumergidos en el pecado. Por esa razón, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos estado a merced de los reyes paganos de la tierra. Nos han matado, capturado, robado y deshonrado, tal como estamos hoy.


«El Señor es justo —dice Jerusalén—, porque yo me rebelé contra él. Escuchen, pueblos de todas partes; miren mi angustia y mi desesperación, porque mis hijos e hijas fueron llevados cautivos a tierras lejanas.


Pues el que obedece todas las leyes de Dios menos una es tan culpable como el que las desobedece todas,


Sin embargo, los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro de la ley de Dios».


Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.


De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”.


»”Sin embargo, sus hijos también se rebelaron contra mí. Se negaron a cumplir mis decretos y a seguir mis ordenanzas, a pesar de que la obediencia les hubiera dado vida. Además profanaron mis días de descanso. Así que amenacé nuevamente con derramar mi furia sobre ellos en el desierto.


»”Después les advertí a sus hijos que no siguieran el ejemplo de sus padres, quienes se contaminaron con sus ídolos.


»”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí y no me hicieron caso. No se deshicieron de las imágenes repugnantes con las que estaban obsesionados ni abandonaron los ídolos de Egipto. Entonces, mientras seguían en Egipto, amenacé con derramar mi furia sobre ellos para satisfacer mi enojo;


Jerusalén ha pecado grandemente, por eso fue desechada como un trapo sucio. Todos los que antes la honraban ahora la desprecian, porque vieron su desnudez y su humillación. Lo único que puede hacer es gemir y taparse la cara.


»Les diste pan del cielo cuando tenían hambre y agua de la roca cuando tenían sed. Les ordenaste que fueran y tomaran posesión de la tierra que habías jurado darles.


Si rompen el pacto del Señor su Dios al adorar y al servir a otros dioses, su enojo arderá contra ustedes y pronto desaparecerán de la buena tierra que él les ha dado».


No cumplieron el pacto de Dios y se negaron a vivir según sus enseñanzas.


»Cuando los traje a una tierra fértil para que disfrutaran de sus bienes y de su abundancia, contaminaron mi tierra y corrompieron la posesión que les había prometido.


»Diles: “Esto dice el Señor: ‘Si ustedes no me escuchan ni obedecen la palabra que les he dado


Hasta este mismo instante no han mostrado remordimiento ni reverencia. Ninguno ha elegido obedecer mi palabra ni los decretos que les di a ustedes y a sus antepasados.


Así que el Señor le entregó a Israel toda la tierra que había jurado darles a sus antepasados, y los israelitas la tomaron para sí y se establecieron en ella.


pero mi pueblo no me ha escuchado, ni siquiera ha tratado de oírme. Han sido tercos y pecadores, aún peores que sus antepasados.


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