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Jeremías 31:32 - Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos rompieron ese pacto, a pesar de que los amé como un hombre ama a su esposa», dice el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 No será como esa alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano, sacándolos de Egipto. Pues ellos quebraron la alianza, siendo que yo era su Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto, pues ellos invalidaron mi pacto, aunque fui Yo un marido para ellos, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 No como la alianza que sellé con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos del país de Egipto. Ellos rompieron mi alianza, y yo los traté como señor -oráculo de Yahveh-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos quebraron mi pacto, aunque yo fui un marido para ellos, dice Jehová:

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Jeremías 31:32
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El Señor no hizo ese pacto con nuestros antepasados, sino con nosotros, los que vivimos hoy.


También vieron cómo el Señor su Dios los cuidó todo el tiempo que anduvieron por el desierto, igual que un padre cuida de sus hijos; y ahora los trajo hasta este lugar”.


Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.


Cuando volví a pasar, vi que ya tenías edad para el amor. Entonces te envolví con mi manto para cubrir tu desnudez y te pronuncié mis votos matrimoniales. Hice un pacto contigo, dice el Señor Soberano, y pasaste a ser mía.


Es el novio quien se casa con la novia, y el amigo del novio simplemente se alegra de poder estar al lado del novio y oír sus votos. Por lo tanto, oír que él tiene éxito me llena de alegría.


Entonces el Señor me dijo: «Ve y ama otra vez a tu esposa, aun cuando ella comete adulterio con un amante. Esto ilustrará que el Señor aún ama a Israel, aunque se haya vuelto a otros dioses y le encante adorarlos».


»”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados —dice el Señor—, porque yo soy su amo. Los traeré de regreso a la tierra de Israel, uno de esta ciudad y dos de aquella familia, de todo lugar donde estén esparcidos.


y si rompen mi pacto al rechazar mis decretos, al tratar mis ordenanzas con desprecio y al rehusar obedecer mis mandatos,


Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos no permanecieron fieles a mi pacto, por eso les di la espalda, dice el Señor.


pues los celo, con el celo de Dios mismo. Los prometí como una novia pura a su único esposo: Cristo.


Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera de la aldea. Luego escupió en los ojos del hombre, puso sus manos sobre él y le preguntó: —¿Puedes ver algo ahora?


»Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo;


»Pero ahora, presenten cargos contra su madre, Israel, porque ya no es mi esposa, ni yo soy su esposo. Díganle que se quite del rostro el maquillaje de prostituta y la ropa que muestra sus pechos.


La mayor se llamaba Aholá, y su hermana era Aholibá. Yo me casé con ellas y me dieron hijos e hijas. Me refiero a Samaria y a Jerusalén, pues Aholá es Samaria y Aholibá es Jerusalén.


Te examinaré cuidadosamente y te obligaré a cumplir las condiciones del pacto.


Les dije que todo esclavo hebreo debía ser liberado después de haber servido seis años; pero sus antepasados no me hicieron caso.


«En ese día —dice el Señor—, seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.


Y la contestación será: “Porque violaron su pacto con el Señor su Dios al rendir culto a otros dioses”».


«Ve y anuncia a gritos este mensaje a Jerusalén. Esto dice el Señor: »“Recuerdo qué ansiosa estabas por complacerme cuando eras una joven recién casada, cómo me amabas y me seguías aun a través de lugares desolados.


Pues tu Creador será tu marido; ¡el Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre! Él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.


Pues yo te sostengo de tu mano derecha: yo, el Señor tu Dios. Y te digo: “No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte.


La tierra sufre por los pecados de sus habitantes, porque han torcido las instrucciones de Dios, han violado sus leyes y quebrantado su pacto eterno.


¿Quién es esa que viene majestuosamente desde el desierto recostada sobre su amante? Desperté tus deseos bajo el manzano, donde tu madre te dio a luz, donde con tanto dolor te trajo al mundo.


Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha.


Lo único que había dentro del arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el monte Sinaí, donde el Señor hizo un pacto con los israelitas cuando partieron de la tierra de Egipto.


El Señor le dijo a Moisés: «Estás por morir y vas a reunirte con tus antepasados. Cuando ya no estés aquí, los israelitas comenzarán a rendir culto a dioses ajenos, los dioses de la tierra a la cual se dirigen. Me abandonarán y romperán el pacto que hice con ellos.


Estas son las condiciones del pacto que el Señor le encomendó a Moisés que hiciera con los israelitas cuando estaban en la tierra de Moab, además del pacto que había hecho con ellos en el monte Sinaí.


El Señor los apartará de las demás tribus de Israel para echar sobre ellos todas las maldiciones del pacto registradas en este libro de instrucción.


»El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Sinaí.


Pues cuando los saqué de ese horno de fundir hierro que es Egipto, les dije a sus antepasados: “Si me obedecen y hacen todo lo que les mando, serán mi pueblo y yo seré su Dios”.


«Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Hace tiempo hice un pacto con sus antepasados cuando los rescaté de la esclavitud de Egipto.


¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! Fundieron oro y se hicieron un becerro, y se inclinaron ante él y le ofrecieron sacrificios. Andan diciendo: “Oh Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.


»Todas las naciones vecinas preguntarán: “¿Por qué el Señor afligió así a esa tierra? ¿Por qué se enojó tanto?”.


Pues los haré entrar en la tierra que juré dar a sus antepasados, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Allí llegarán a ser prósperos, comerán todo lo que quieran y engordarán. Pero comenzarán a rendir culto a otros dioses; me despreciarán y romperán mi pacto.


Con el corazón no eran leales a él; no cumplieron su pacto.


Diles: “Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘¡Maldito todo el que no obedece las condiciones de mi pacto!


El comandante lo tomó de la mano, lo llevó a un lado y le preguntó: —¿Qué es lo que quieres decirme?


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