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Jeremías 30:19 - Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Habrá alegría y canciones de acción de gracias, y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré; lo honraré, no lo despreciaré.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Y allí resonarán los cantos de acción de gracias y los gritos de alegría. Los multiplicaré en vez de disminuirlos, los honraré en lugar de humillarlos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y de ella saldrán cánticos de alabanza, Y voces de gente jubilosa. Los haré crecer y no menguar, Los honraré, y no serán menospreciados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 De ellos saldrá la alabanza y el canto de gente jubilosa. Los multiplicaré y no disminuirán, los honraré y no serán envilecidos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Y acción de gracias saldrá de ellos, y voz de gente que se regocija; y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los glorificaré, y no serán menoscabados.

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Jeremías 30:19
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y así como no se pueden contar las estrellas de los cielos ni se puede medir la arena a la orilla del mar, así multiplicaré los descendientes de mi siervo David y de los levitas que ministran ante mí».


Regresarán los que fueron rescatados por el Señor y entrarán cantando a Jerusalén, coronados de alegría eterna. Desaparecerán el dolor y el luto y estarán llenos de gozo y de alegría.


La familia más pequeña se convertirá en mil personas, y el grupo más diminuto se convertirá en una nación poderosa. A su debido tiempo, yo, el Señor, haré que esto suceda».


Regresarán los que han sido rescatados por el Señor; entrarán cantando a Jerusalén, coronados de gozo eterno, estarán llenos de regocijo y de alegría; desaparecerán el luto y la tristeza.


»”Esto dice el Señor Soberano: estoy dispuesto a escuchar las oraciones de Israel y a aumentar su población como un rebaño.


Cuando los llame con un silbido, vendrán corriendo, porque los he redimido. De los pocos que queden, volverán a ser tan numerosos como eran antes.


Yo te reedificaré, mi virgen Israel. Volverás a ser feliz y con alegría danzarás con las panderetas.


En aquel día el Señor defenderá al pueblo de Jerusalén. ¡El más débil entre ellos será tan poderoso como el rey David! ¡Y los descendientes reales serán como Dios mismo, como el ángel del Señor que va delante de ellos!


«El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: los ayunos tradicionales y los tiempos de luto que han mantenido al principio del verano, en pleno verano, en el otoño y en el invierno ahora han terminado. Se convertirán en festivales de alegría y celebración para el pueblo de Judá. Así que amen la verdad y la paz.


Haré con ellos un pacto de paz, un pacto eterno. Les daré su tierra y aumentaré su población, y pondré mi templo en medio de ellos para siempre.


En aquel día, tú cantarás: «¡Te alabaré, oh Señor! Estabas enojado conmigo, pero ya no. Ahora me consuelas.


Así que el pueblo se fue a comer y a beber en una gran fiesta, a compartir porciones de la comida y a celebrar con gran alegría porque habían oído y entendido las palabras de Dios.


Luego celebraron el Festival de los Panes sin Levadura durante siete días. Hubo mucha alegría en toda la tierra, porque el Señor había hecho que el rey de Asiria les diera su favor al ayudarlos a reconstruir el templo de Dios, el Dios de Israel.


Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.


»Ya no necesitarás que el sol brille durante el día, ni que la luna alumbre durante la noche, porque el Señor tu Dios será tu luz perpetua, y tu Dios será tu gloria.


Que las ruinas de Jerusalén canten de alegría, porque el Señor ha consolado a su pueblo; ha redimido a Jerusalén.


El otro ángel dijo: —Apresúrate y dile a ese joven: “¡Jerusalén algún día estará tan llena de gente y de animales que no habrá lugar suficiente para todos! Muchos vivirán fuera de las murallas de la ciudad.


«Se acerca el día —dice el Señor—, cuando aumentaré en gran manera la población humana y el número de los animales en Israel y Judá.


El Señor volverá a consolar a Israel y tendrá piedad de sus ruinas. Su desierto florecerá como el Edén, sus lugares desolados como el huerto del Señor. Allí se encontrarán gozo y alegría; los cantos de gratitud llenarán el aire.


Se acerca el tiempo cuando los descendientes de Jacob echarán raíces; ¡Israel brotará y florecerá, y llenará de fruto el mundo entero!


¿Quién vendrá del monte Sion para rescatar a Israel? Cuando Dios restaure a su pueblo, Jacob gritará de alegría e Israel se gozará.


Entonces todos los que habían regresado del cautiverio vivieron en las enramadas durante el festival, ¡y todos ellos se llenaron de alegría! Los israelitas no habían celebrado de esa forma desde los días de Josué, hijo de Nun.


»Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.


Son barcos de los confines de la tierra, de países que confían en mí, con los grandes barcos de Tarsis a la cabeza. Traen al pueblo de Israel de regreso a su hogar desde muy lejos, transportando su plata y su oro. Honrarán al Señor tu Dios, al Santo de Israel, porque él te ha llenado de esplendor.


Tú también darás órdenes a naciones que no conoces, y pueblos desconocidos vendrán corriendo a obedecerte, porque yo, el Señor tu Dios, el Santo de Israel, te hice glorioso».


Desde todas partes de Jerusalén, desde las ciudades de Judá y Benjamín, desde las colinas occidentales y la zona montañosa, y del Neguev vendrá gente con sus ofrendas quemadas y sus sacrificios. Traerán sus ofrendas de grano, incienso y las ofrendas de acción de gracias al templo del Señor.


Así que yo anuncié el mensaje como él me ordenó y entró aliento en los cuerpos. Todos volvieron a la vida y se pusieron de pie; era un gran ejército.


Oh Señor, tú hiciste grande nuestra nación; así es, tú nos hiciste grandes. Tú extendiste nuestras fronteras, ¡y te damos toda la gloria!


»”Cuando una vez más la tierra se llene de gente —dice el Señor—, ya no desearán más ‘los viejos tiempos’ cuando poseían el arca del pacto del Señor. No extrañarán aquellos días, ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad de reconstruir el arca.


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