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Jeremías 30:16 - Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Pero todos los que te devoran serán devorados, y todos tus enemigos serán enviados al destierro. Todos los que te saquean serán saqueados, y todos los que te atacan serán atacados.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Sin embargo, todos los que te devoran serán devorados, todos tus opresores irán al destierro, todos tus saqueadores serán saqueados, y los que te desprecian pasarán a ser despreciados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Pero todos los que te devoran, Serán devorados, Y todos tus cautivadores irán al cautiverio, Y todos los que te despojan serán despojados, Y todos los que te saquean serán saqueados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Por eso, cuantos te devoraron serán devorados y todos tus adversarios, todos ellos, irán al cautiverio. Tus saqueadores serán saqueados y a cuantos te despojaron entregaré al despojo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Pero todos los que te consumen serán consumidos; y todos tus adversarios, todos ellos, irán en cautiverio; y los que te saquean serán saqueados, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa.

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Jeremías 30:16
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Derrama tu ira sobre las naciones que se niegan a reconocerte, sobre los pueblos que no invocan tu nombre. Pues han devorado a tu pueblo Israel; lo han devorado y consumido y han hecho de la tierra un desierto desolado.


¡Qué aflicción les espera a ustedes, asirios, que han destruido a otros, pero nunca han sido destruidos! Traicionan a los demás, pero nunca han sido traicionados. Cuando terminen de destruir, serán destruidos. Cuando terminen de traicionar, serán traicionados.


Pero si te aseguras de obedecerlo y sigues todas mis instrucciones, entonces yo seré enemigo de tus enemigos y me opondré a todos los que se te opongan.


Después de un período de gloria, el Señor de los Ejércitos Celestiales me envió contra las naciones que los saquearon a ustedes. Pues él dijo: «Cualquiera que te dañe, daña a mi más preciada posesión.


Todo el que esté destinado a la cárcel, a la cárcel será llevado. Todo el que esté destinado a morir a espada morirá a filo de espada. Esto significa que el pueblo de Dios tiene que soportar la persecución con paciencia y permanecer fiel.


Haré que Jerusalén sea como una bebida embriagante que causa que las naciones vecinas se tambaleen cuando envíen a sus ejércitos para sitiar a Jerusalén y a Judá.


Venderé a sus hijos e hijas a la gente de Judá y ellos los venderán al pueblo de Arabia, una nación lejana. ¡Yo, el Señor, he hablado!».


Las naciones del mundo ayudarán a que el pueblo de Israel regrese, y los que vengan a vivir en la tierra del Señor los servirán. Los que conquistaron a Israel, ellos mismos serán capturados, e Israel gobernará a sus enemigos.


Que todos los que odian a Jerusalén retrocedan en vergonzosa derrota.


«He oído las burlas de los moabitas y los insultos de los amonitas cuando se mofan de mi pueblo e invaden sus fronteras.


Sin embargo, pronto te llegará el turno de ser deshonrado. ¡Ven, bebe y demuestra tu desnudez! Bebe de la copa del juicio del Señor y toda tu gloria se convertirá en vergüenza.


Pero arrasará a sus enemigos con una inundación arrolladora. Él perseguirá a sus enemigos en la oscuridad de la noche.


Entonces mis enemigos verán que el Señor está de mi lado. Serán avergonzados los que se mofaban de mí diciendo: «Entonces, ¿dónde está el Señor, ese Dios tuyo?». Con mis propios ojos veré su ruina; como lodo en las calles serán pisoteados.


Ahora muchas naciones se han reunido contra ustedes. «Que sean profanados —dicen ellos—. Seamos testigos de la destrucción de Jerusalén».


»”Tu eterno odio por los israelitas te llevó a masacrarlos cuando estaban indefensos, cuando ya los había castigado por todos sus pecados.


Todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor, pues para Israel no fuiste más que una vara de juncos.


»Otros oyeron mis lamentos, pero nadie se volvió para consolarme. Cuando mis enemigos se enteraron de mis tribulaciones, se pusieron felices al ver lo que habías hecho. Oh, manda el día que prometiste, cuando ellos sufrirán como he sufrido yo.


En esos días Israel estaba consagrado al Señor; era el primero de sus hijos. Todos los que lastimaron a su pueblo fueron declarados culpables, y sobre ellos cayó la calamidad. ¡Yo, el Señor, he hablado!”».


Pero en aquel día venidero, ningún arma que te ataque triunfará. Silenciarás cuanta voz se levante para acusarte. Estos beneficios los disfrutan los siervos del Señor; yo seré quien los reivindique. ¡Yo, el Señor, he hablado!


Si alguna nación viniera para atacarte, no será porque yo la haya enviado; todo el que te ataque caerá derrotado.


Reuniré a todas las naciones para que peleen contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la población será llevada al cautiverio y al resto la dejarán entre las ruinas de la ciudad.


Luego el ángel me dijo: «Proclama este mensaje a gritos para que todos lo oigan: “El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: ‘Mi amor por Jerusalén y el monte Sion es intenso y ferviente.


Escuchen a la gente que escapó de Babilonia mientras cuentan en Jerusalén cómo el Señor nuestro Dios se vengó de los que destruyeron su templo.


»”Entonces, después que hayan pasado los setenta años de cautiverio, castigaré al rey de Babilonia y a su pueblo por sus pecados —dice el Señor—. Haré del país de los babilonios una tierra baldía para siempre.


Esto dice el Señor: «Desarraigaré de sus tierras a todas las naciones malvadas que extendieron la mano para tomar lo que le di a Israel. Desarraigaré a Judá de entre ellos,


»Ya se puede oír el resoplido de los caballos de guerra del enemigo ¡desde tan lejos como la tierra de Dan en el norte! El relincho de sus sementales hace temblar toda la tierra. Vienen a devorar el país y todo lo que hay en él, tanto las ciudades como los habitantes.


¿Por qué te quejas de tu castigo, de esta herida que no tiene cura? He tenido que castigarte porque tus pecados son muchos y tu culpa es grande.


El Señor tu Dios impondrá todas esas maldiciones a tus enemigos y a los que te odian y te persiguen.


Luego el ejército de Israel regresó y saqueó el campamento abandonado de los filisteos.


porque el Señor es su defensor. Él destruirá a todo el que los destruya.


»Señor, mira todas sus maldades. Castígalos como me castigaste a mí por todos mis pecados. Son muchos mis gemidos y tengo el corazón enfermo de angustia».


Sin embargo, estoy muy enojado con las otras naciones que ahora disfrutan de paz y seguridad. Solo me enojé un poco con mi pueblo, pero las naciones le causaron mucho más daño del que me proponía.


La tierra de Judá será la preciada posesión del Señor en la tierra santa y él elegirá una vez más a Jerusalén para ser su propia ciudad.


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