Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 2:28 - Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Pero ¿por qué no invocas a esos dioses que has fabricado? Cuando lleguen los problemas, ¡que ellos te salven si pueden! Pues tú tienes tantos dioses como ciudades hay en Judá.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

28 ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Pues, ¿dónde están tus dioses que tú mismo hiciste? ¡A ver si te salvan en el tiempo de tu desgracia! Porque tus dioses, pueblo de Judá, son tan numerosos como tus ciudades.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

28 Pero, ¿dónde están los dioses que te hiciste? ¡Levántense y sálvente ellos en el tiempo de tu calamidad! Pues como el número de tus ciudades, oh Judá, Así ha sido el número de tus dioses.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 ¿Dónde están tus dioses, los que te fabricaste? ¡Que se levanten, a ver si te salvan en el tiempo de tu desgracia! Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si te pueden salvar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, son tus dioses.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 2:28
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Miren ahora, gente de Judá: ustedes tienen tantos dioses como ciudades. Tienen tantos altares vergonzosos —altares para quemar incienso a su dios Baal— como calles hay en Jerusalén.


»Reúnanse y vengan, fugitivos de las naciones vecinas. ¡Qué necios son los que llevan consigo sus ídolos de madera y dirigen sus oraciones a dioses que no pueden salvarlos!


Y luego preguntará: “¿Dónde están sus dioses, esas rocas a las que acudieron para refugiarse?


¡Vayan a clamar a los dioses que han escogido! ¡Que los rescaten ellos de este momento de angustia!


Lo llevan sobre los hombros, y cuando lo bajan, allí se queda. ¡Ni siquiera se puede mover! Cuando alguien le dirige una oración, no obtiene respuesta; no puede rescatar a nadie de sus dificultades.


Qué próspero es Israel, una vid frondosa llena de uvas. Pero mientras más se enriquece la gente, más altares paganos construye. Cuanto más abundantes sus cosechas, tanto más hermosas sus columnas sagradas.


Tanto los ídolos como sus dueños se doblegan. Los dioses no pueden proteger a la gente, y la gente no puede proteger a los dioses; juntos van al cautiverio.


—¿Por qué has venido a verme a mí? —preguntó Eliseo al rey de Israel—. ¡Busca a los profetas paganos de tu padre y de tu madre! Pero Joram, rey de Israel, dijo: —¡No! ¿Acaso no ha sido el Señor quien nos trajo a los tres reyes aquí para que el rey de Moab nos derrote?


Pronunciaré juicio contra mi pueblo a causa de toda su maldad, por haberme abandonado y por quemar incienso a otros dioses. ¡Sí, ellos rinden culto a ídolos que hicieron con sus propias manos!


Entonces los habitantes de Judá y Jerusalén clamarán a sus ídolos y quemarán incienso ante ellos. ¡Pero los ídolos no los salvarán cuando caiga el desastre!


En toda la historia nunca ha habido un tiempo de terror como este. Será un tiempo de angustia para mi pueblo Israel. ¡Pero al final será salvo!


¿Ahora dónde están tus profetas que te dijeron que el rey de Babilonia no te atacaría a ti ni a esta tierra?


»¿De qué sirve un ídolo tallado por hombres o una imagen fundida que te engaña? ¡Qué necio es confiar en algo elaborado por tus propias manos, un dios que ni siquiera puede hablar!


¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera: “Despierten y sálvennos!”. A imágenes de piedra, mudas, dices: “¡Levántense y enséñennos!”. ¿Podrá un ídolo decirte qué hacer? Aunque estén recubiertos de oro y plata, por dentro no tienen vida.


Veamos si sus ídolos pueden salvarlos cuando clamen a ellos por ayuda. ¡Vaya, un soplo de viento puede derrumbarlos! ¡Basta con que uno respire sobre ellos para que caigan de cabeza! Pero el que confíe en mí heredará la tierra y poseerá mi monte santo».


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម