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Isaías 59:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Con sus telas de araña no se puede hacer ropa y nada de lo que ellos hacen es útil. Todo lo que hacen está lleno de pecado, y la violencia es su sello característico.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Uno no se puede vestir con sus telas, y no se vestirán con sus obras. Pues lo que hacen son obras criminales, y es sólo violencia lo que sale de sus manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Sus telarañas no sirven para vestirse, Son tejidos que no pueden cubrir. Sus obras son obras de iniquidad, Sus manos ejecutan la violencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Sus telas no sirven de vestido, ni sus obras valen para cubrir; sus acciones son malvadas y hay hechos violentos en sus manos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos.

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Isaías 59:6
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De ella brota la maldad como de una fuente. Sus calles resuenan con violencia y destrucción. Siempre veo sus enfermedades y heridas.


Ahora pondré al descubierto sus supuestas buenas obras; ninguna de ellas los ayudará.


Sí, castigaré a los que toman parte en cultos paganos y a los que llenan las casas de sus amos con violencia y engaño.


Los ricos entre ustedes llegaron a tener mucho dinero mediante la extorsión y la violencia. Tus habitantes están tan acostumbrados a mentir que su lengua ya no puede decir la verdad.


Sin embargo, hasta este mismo instante mi pueblo se rebela contra mí, ¡como un enemigo! Les roban hasta la camisa a los que confiaban en ustedes y los dejan tan andrajosos como hombres que regresan de la guerra.


No quieren pensar en el desastre que viene, pero sus acciones solo acercan más el día del juicio.


»Mi pueblo ha olvidado cómo hacer lo correcto —dice el Señor—. Sus fortalezas están llenas de riquezas obtenidas por el robo y la violencia.


»Prepara cadenas para mi pueblo, porque la tierra está ensangrentada por crímenes terribles. Jerusalén está llena de violencia.


La violencia de ellos se ha transformado en una vara que los azotará por su perversidad. Ninguno de esos orgullosos y perversos sobrevivirá. Toda su riqueza y prestigio se esfumará.


Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios. Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento.


¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno, nunca lograrán nada conmigo.


»Qué aflicción les espera a mis hijos rebeldes —dice el Señor—. Ustedes hacen planes contrarios a los míos; hacen alianzas que no son dirigidas por mi Espíritu, y de esa forma aumentan sus pecados.


La nación de Israel es la viña del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo de Judá es su agradable huerto. Él esperaba una cosecha de justicia, pero, en cambio, encontró opresión. Esperaba encontrar rectitud, pero, en cambio, oyó gritos de violencia.


¡No! En el corazón traman injusticia y desparraman violencia por toda la tierra.


Ahora bien, Dios vio que la tierra se había corrompido y estaba llena de violencia.


Sin embargo, no he hecho nada malo y mi oración es pura.


oprime a los pobres e indefensos, roba a los deudores al negarles que recuperen sus garantías, rinde culto a ídolos, comete pecados detestables


«¡Pues yo odio el divorcio! —dice el Señor, Dios de Israel—. Divorciarte de tu esposa es abrumarla de crueldad —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Por eso guarda tu corazón; y no le seas infiel a tu esposa».


Todo se viene abajo; las amenazas y el engaño abundan por las calles.


Me contestó: —Los pecados del pueblo de Israel y Judá son muy, pero muy grandes. La tierra está llena de homicidios; la ciudad está colmada de injusticia. Ellos dicen: “¡El Señor no lo ve! ¡El Señor ha abandonado esta tierra!”.


¡Qué aflicción le espera a la rebelde y contaminada Jerusalén, la ciudad de violencia y crimen!


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