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Isaías 58:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Entonces su salvación llegará como el amanecer, y sus heridas sanarán con rapidez; su justicia los guiará hacia adelante y atrás los protegerá la gloria del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Entonces nacerá tu luz como el alba, Y tu salvación se dejará ver pronto, Tu justicia irá delante de ti, Y la gloria de YHVH será tu retaguardia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Entonces despuntará tu luz como la aurora, y tu carne sana en seguida brotará; marchará delante de ti tu justicia, y la gloria de Yahveh será tu retaguardia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu sanidad se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

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Isaías 58:8
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No saldrán con prisa, como quien corre para salvar su vida. Pues el Señor irá delante de ustedes; atrás los protegerá el Dios de Israel.


»Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz.


Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.


Te devolveré la salud y sanaré tus heridas —dice el Señor—, aunque te llamen desechada, es decir, “Jerusalén, de quien nadie se interesa”».


La justicia va delante de él como un heraldo, preparando el camino para sus pasos.


»Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos.


En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto.


Entonces el ángel de Dios, que iba al frente del pueblo de Israel, se trasladó hacia atrás del campamento. La columna de nube también se cambió de lugar y pasó a estar detrás de ellos.


El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.


La luz brilla sobre los justos, y la alegría sobre los de corazón recto.


El Señor dice: «Entonces yo los sanaré de su falta de fe; mi amor no tendrá límites, porque mi enojo habrá desaparecido para siempre.


Tu vida será más radiante que el mediodía, y aun la oscuridad brillará como la mañana.


He visto lo que hacen, ¡pero aun así, los sanaré y los guiaré! Consolaré a los que se lamentan,


La luna será tan resplandeciente como el sol, y el sol brillará siete veces más, como la luz de siete días en uno solo. Así será cuando el Señor comience a sanar a su pueblo y a curar las heridas que le hizo.


La luz brilla en la oscuridad para los justos; son generosos, compasivos y rectos.


Me dijo: “Cornelio, ¡tu oración ha sido escuchada, y Dios ha tomado en cuenta tus donativos para los pobres!


Cornelio lo miró fijamente, aterrorizado. —¿Qué quieres, señor? —le preguntó al ángel. Y el ángel contestó: —¡Dios ha recibido tus oraciones y tus donativos a los pobres como una ofrenda!


Pues el corazón de este pueblo está endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y su corazón no puede entender, y no pueden volver a mí para que yo los sane” .


Abran las puertas a todos los que son justos; dejen entrar a los fieles.


El pueblo de Israel ya no dirá: «Estamos enfermos e indefensos», porque el Señor perdonará sus pecados.


»¡Levántate, Jerusalén! Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.


Debido a que amo a Sion, no me quedaré quieto. Debido a que mi corazón suspira por Jerusalén, no puedo quedarme callado. No dejaré de orar por ella hasta que su justicia resplandezca como el amanecer y su salvación arda como una antorcha encendida.


Tu bondad te recompensará, pero tu crueldad te destruirá.


El generoso prosperará, y el que reanima a otros será reanimado.


Una oscuridad negra como la noche cubre a todas las naciones de la tierra, pero la gloria del Señor se levanta y aparece sobre ti.


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