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Isaías 58:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sin embargo, ¡se hacen los piadosos! Vienen al templo todos los días y parecen estar encantados de aprender todo sobre mí. Actúan como una nación justa que nunca abandonaría las leyes de su Dios. Me piden que actúe a su favor, fingiendo que quieren estar cerca de mí.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Según dicen, me andan buscando día a día y se esfuerzan por conocer mis caminos, como una nación que practica la justicia y no descuida las órdenes de su Dios. Vienen a preguntarme cuáles son sus obligaciones y desean la amistad de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Que me buscan de día en día, Y muestran deseos de conocer mis caminos, Como un pueblo que practicara la justicia, Y que no abandonara la Ley de su Dios. Me piden las ordenanzas de justicia, Se complacen en la cercanía de ’Elohim.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 A mí me están buscando día tras día y desean conocer mis caminos, cual si fuera gente que practica la justicia y que no abandona el derecho de su Dios. Me piden decisiones justas y desean la cercanía de Dios:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.

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Isaías 58:2
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tales personas afirman que conocen a Dios, pero lo niegan con su manera de vivir. Son detestables y desobedientes, no sirven para hacer nada bueno.


Así que el Señor dice: «Este pueblo dice que me pertenece; me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Y la adoración que me dirige no es más que reglas humanas, aprendidas de memoria.


Juan era como una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes se entusiasmaron con su mensaje durante un tiempo;


—Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no?


porque Herodes respetaba a Juan y lo protegía porque sabía que era un hombre bueno y santo. Herodes se inquietaba mucho siempre que hablaba con Juan, pero aun así le gustaba escucharlo.


Pues no fueron sinceros cuando me enviaron a orar al Señor su Dios por ustedes. Dijeron: “Solo dinos lo que el Señor nuestro Dios dice ¡y lo haremos!”.


Jeremías el profeta y le dijeron: —Por favor, ora al Señor tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes.


El Señor detesta el sacrificio de los perversos, pero se deleita con las oraciones de los íntegros.


Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo.


Estudiaré tus mandamientos y reflexionaré sobre tus caminos.


Casi acaban conmigo, pero me negué a abandonar tus mandamientos.


Pero tú estás cerca, oh Señor, y todos tus mandatos son ciertos.


¡Qué nación tan pecadora, pueblo cargado con el peso de su culpa! Está lleno de gente malvada, hijos corruptos que han rechazado al Señor. Han despreciado al Santo de Israel y le han dado la espalda.


Pero los rebeldes y los pecadores serán destruidos por completo, y los que abandonen al Señor serán consumidos.


«¡Pero ustedes, vengan acá, hijos de brujas, descendientes de adúlteros y de prostitutas!


Ahora pondré al descubierto sus supuestas buenas obras; ninguna de ellas los ayudará.


Sabemos que nos hemos rebelado contra el Señor y también lo hemos negado; le hemos dado la espalda a nuestro Dios. Sabemos que hemos sido injustos y opresores, preparando con cuidado nuestras mentiras engañosas.


¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen,


y luego venir y presentarse delante de mí en mi templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente todas las mismas maldades?


Ustedes ven y reconocen lo que es correcto, pero se niegan a hacerlo. Escuchan con sus oídos, pero en realidad no prestan atención».


«Hijo de hombre, diles a los líderes de Israel: “Esto dice el Señor Soberano: ‘¿Cómo se atreven a venir a pedirme un mensaje? ¡Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, que no les diré nada!’”.


Qué aflicción les espera a ustedes que dicen: «¡Si tan solo hoy fuera el día del Señor!». No tienen la menor idea de lo que desean. Ese día no traerá luz, sino oscuridad.


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