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Isaías 56:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues los líderes de mi pueblo, los guardianes del Señor, sus pastores, son ciegos e ignorantes. Son como perros guardianes silenciosos que no advierten cuando viene el peligro. Les encanta estar echados, durmiendo y soñando.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¡Esos cuidadores están todos ciegos, no saben nada! Son todos como perros mudos, que no pueden ladrar. Tendidos en sus lechos, no hacen más que dormir y soñar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Sus atalayas están ciegos, no se dan cuenta de nada; Todos ellos perros mudos, incapaces de ladrar, Videntes tumbados, amantes del sueño,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Sus centinelas están ciegos, y de nada se enteran, todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar; sueñan tumbados, les gusta dormir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Sus centinelas son ciegos, todos ellos son ignorantes; todos ellos son perros mudos que no pueden ladrar; somnolientos, echados, aman el dormir.

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Isaías 56:10
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cuídense de esos «perros», de esa gente que hace lo malo, esos mutiladores que les dicen que deben circuncidarse para ser salvos.


Pues el Señor derramó sobre ti un espíritu de sueño profundo; ha cerrado los ojos de tus profetas y visionarios.


así que no les hagan caso. Son guías ciegos que conducen a los ciegos, y si un ciego guía a otro, los dos caerán en una zanja.


Tus pastores duermen, oh rey asirio; tus príncipes yacen muertos en el polvo. Tu pueblo está disperso por las montañas, sin nadie que lo reúna.


Ahora bien, si el centinela ve acercarse al enemigo y no toca la alarma para advertir a la gente, él será responsable de la cautividad del pueblo. Todos morirán en sus pecados, pero haré responsable al centinela por la muerte de ellos”.


«Grita con la voz de un toque de trompeta. ¡Grita fuerte! No seas tímido. ¡Háblale a mi pueblo Israel de sus pecados!


Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes, sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a sus hijos.


Eran los profetas mentirosos que afirmaban que la paz llegaría a Jerusalén, cuando no había paz. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”.


Los centinelas gritan y cantan de alegría, porque con sus propios ojos ven al Señor regresando a Jerusalén.


¿Estás asombrado y escéptico? ¿No lo crees? Entonces adelante, sé ciego. Eres necio, pero no por culpa del vino; te tambaleas, ¡pero no por causa del licor!


Vagaban a ciegas por las calles, tan contaminados por la sangre que nadie se atrevía a tocarlos.


Sin embargo, en el año veintitrés del reinado de Joás, los sacerdotes aún no habían reparado el templo.


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