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Isaías 50:1 - Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Esto dice el Señor: «¿Despedí a la madre de ustedes porque me divorcié de ella? ¿Los vendí a ustedes como esclavos a mis acreedores? No, fueron vendidos a causa de sus propios pecados; su madre también fue llevada a causa de los pecados de ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Así habla Yavé: ¿Acaso despedí a su madre? ¡Muéstrenme el certificado de divorcio!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Así dice YHVH: ¿Dónde está la carta de divorcio con que repudié a vuestra madre? ¿O, a cuál de mis acreedores os he vendido? He aquí, por vuestras iniquidades fuisteis vendidos, Por vuestras transgresiones fue repudiada vuestra madre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Así dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habría repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habría vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Así dice Jehová: ¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, la cual yo repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades os habéis vendido, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre:

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Isaías 50:1
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos y dos personas hacer huir a diez mil, a menos que la Roca de ellos los hubiera vendido, a menos que el Señor se los hubiera entregado?


Vio que me divorcié de la infiel Israel debido a su adulterio; pero Judá, esa hermana traicionera, no tuvo temor, y ahora ella también me ha dejado y se ha entregado a la prostitución.


No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda.


Pertenecemos a la misma familia de los que son ricos, y nuestros hijos son iguales a los de ellos. Sin embargo, tenemos que vender nuestros hijos como esclavos solo para conseguir lo necesario para vivir. Ya hemos vendido a algunas de nuestras hijas, y no hay nada que podamos hacer, porque nuestros campos y viñedos ya están hipotecados a otros».


Cierto día, la viuda de un miembro del grupo de profetas fue a ver a Eliseo y clamó: —Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos.


Pues esto dice el Señor: «Cuando te vendí al destierro, no recibí pago alguno; ahora puedo redimirte sin tener que pagar por ti».


Tus propios hechos han traído todo esto sobre ti. Este castigo es amargo; ¡te penetra hasta el corazón!”».


»Si un hombre se divorcia de su esposa, y ella se casa con otro, él nunca la recibirá de nuevo, porque eso sin duda corrompería la tierra. Pero tú te has prostituido con muchos amantes, entonces, ¿por qué tratas de volver a mí? —dice el Señor—.


Vendiste a tu precioso pueblo por una miseria y no ganaste nada con la venta.


Hasta sacrificaron a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Consultaron con adivinos, practicaron la hechicería y se entregaron por completo al mal, con lo cual provocaron el enojo del Señor.


Pues mi pueblo y yo hemos sido vendidos para ser muertos, masacrados y aniquilados. Si solo nos hubieran vendido como esclavos, yo me quedaría callada, porque sería un asunto por el cual no merecería molestar al rey.


(Nunca nadie se entregó tanto a hacer lo que es malo a los ojos del Señor como Acab, bajo la influencia de su esposa Jezabel.


»Cuando un hombre venda a su hija como esclava, ella no saldrá libre al cabo de los seis años como en el caso de los hombres.


»Si uno de tus hermanos israelitas se empobrece y se ve obligado a venderse a ti, no lo trates como a un esclavo.


Pero los rebeldes y los pecadores serán destruidos por completo, y los que abandonen al Señor serán consumidos.


No, pero desterró a Israel para que rindiera cuentas; quedó desterrado de su tierra, como si hubiera sido arrasado por una tormenta del oriente.


Desde el principio, tu primer antepasado pecó contra mí; todos tus líderes quebrantaron mis leyes.


»¡No olviden esto! ¡Ténganlo presente! Recuérdenlo, ustedes los culpables.


Pues el Señor te llamó para que te libres de tu dolor, como si fueras una esposa joven abandonada por su marido —dice tu Dios—.


Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recibiré de nuevo.


«Grita con la voz de un toque de trompeta. ¡Grita fuerte! No seas tímido. ¡Háblale a mi pueblo Israel de sus pecados!


Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros. Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios. Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento.


Así que tropezarán en plena luz del día, y sus falsos profetas caerán con ustedes durante la noche. Y destruiré a su madre, Israel.


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