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Isaías 49:2 - Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Hizo que mis palabras de juicio fueran tan filosas como una espada. Me ha escondido bajo la sombra de su mano. Soy como una flecha afilada en su aljaba.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Hizo de mi boca una espada cortante y me guardó debajo de su mano. Hizo de mí una flecha puntiaguda que tenía escondida entre las otras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Hizo de mi boca espada afilada, Me cubrió con la sombra de su mano, Hizo de mí saeta aguda, me guardó en su aljaba,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Hizo mi boca como espada afilada, a la sombra de su mano me ocultó; hizo de mí una flecha aguda, en su aljaba me guardó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y ha puesto mi boca como espada afilada, me ha cubierto con la sombra de su mano; y me ha puesto como saeta pulida, me ha guardado en su aljaba.

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Isaías 49:2
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Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.


Tenía siete estrellas en la mano derecha, y una espada aguda de doble filo salía de su boca. Y la cara era semejante al sol cuando brilla en todo su esplendor.


El Señor Soberano me ha dado sus palabras de sabiduría, para que yo sepa consolar a los fatigados. Mañana tras mañana me despierta y me abre el entendimiento a su voluntad.


Y he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a salvo dentro de mi mano. Yo extendí el cielo como un dosel y puse los cimientos de la tierra. Yo soy el que le dice a Israel: “¡Tú eres mi pueblo!”».


»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Pérgamo. Este es el mensaje de aquel que tiene la espada aguda de doble filo:


Mira, hoy te he hecho fuerte, como ciudad fortificada que no se puede conquistar, como columna de hierro o pared de bronce. Te enfrentarás a toda esta tierra: a los reyes, a los funcionarios, a los sacerdotes y al pueblo de Judá.


Hará justicia a los pobres y tomará decisiones imparciales con los que son explotados. La tierra temblará con la fuerza de su palabra, y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.


Envié mis profetas para destrozarlos, para aniquilarlos con mis palabras, con juicios tan inevitables como la luz.


Los que viven al amparo del Altísimo encontrarán descanso a la sombra del Todopoderoso.


De su boca salía una espada afilada para derribar a las naciones. Él las gobernará con vara de hierro y desatará el furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, como el jugo que corre del lagar.


Después Jesús gritó: «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!». Y con esas palabras dio su último suspiro.


»Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.


Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.


Arrepiéntete de tu pecado, o de lo contrario, vendré a ti de repente y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.


Cuando pase mi gloriosa presencia, te esconderé en la grieta de la roca y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.


Entre ustedes, ¿quién teme al Señor y obedece a su siervo? Si caminan en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíen en el Señor y dependan de su Dios.


El sol y la luna se detuvieron en el cielo cuando volaron tus radiantes flechas y brilló tu deslumbrante lanza.


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