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Isaías 48:4 - Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues yo sé lo terca y obstinada que eres; tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Yo sabía que eres porfiado, que tu cuello es como una barra de hierro y que tienes la frente como de bronce.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque sé que eres obstinado, y tu cerviz es un tendón de hierro, Y tu frente es de bronce,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque sabía que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Por cuanto yo sabía que eres obstinado, y tendón de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

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Isaías 48:4
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también!


Después el Señor dijo: —He visto lo terco y rebelde que es este pueblo.


Quien se niega tercamente a aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.


Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.


«Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Traeré desastre sobre esta ciudad y las aldeas vecinas como lo prometí, porque tercamente se negaron a escucharme”».


Señor, tú estás buscando la honradez. Golpeaste a tu pueblo, pero no prestó atención. Los has aplastado, pero se negaron a ser corregidos. Son tercos, de caras duras como piedra; rehusaron arrepentirse.


Pues yo sé lo rebeldes y tercos que son. Incluso ahora que todavía sigo vivo y estoy con ustedes, se han rebelado contra el Señor. ¡Cuánto más rebeldes se pondrán después de mi muerte!


Pues el Señor había dicho a Moisés que les dijera: «Ustedes son un pueblo terco y rebelde. Si yo los acompañara, aunque fuera un solo instante, los destruiría en el camino. Quítense las joyas y la ropa fina mientras decido qué hacer con ustedes».


Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios.


No levantes tus puños desafiantes contra los cielos ni hables con semejante arrogancia”».


Suban a la tierra donde fluyen la leche y la miel. Sin embargo, yo no los acompañaré, porque son un pueblo terco y rebelde. Si lo hiciera, seguramente los destruiría en el camino».


»Escúchame, pueblo terco, que estás tan lejos de actuar con justicia.


También se rebeló contra el rey Nabucodonosor, a pesar de que había hecho un juramento de lealtad en nombre de Dios. Sedequías era un hombre duro y terco, y rehusó volverse al Señor, Dios de Israel.


Adviértanse unos a otros todos los días mientras dure ese «hoy», para que ninguno sea engañado por el pecado y se endurezca contra Dios.


Sin embargo, cuando su corazón y su mente se llenaron de arrogancia, le fue quitado el trono real y se le despojó de su gloria.


pero mi pueblo no me ha escuchado, ni siquiera ha tratado de oírme. Han sido tercos y pecadores, aún peores que sus antepasados.


Por eso incluso han faltado las lluvias de primavera. Pues eres una prostituta descarada y totalmente desvergonzada.


No sean tercos como fueron ellos, sino sométanse al Señor y vengan a su templo que él mismo separó como santo para siempre. Adoren al Señor su Dios, para que su ira feroz se aleje de ustedes.


Sin embargo, los israelitas no quisieron escuchar. Fueron tan tercos como sus antepasados, quienes se negaron a creer en el Señor su Dios.


Así que cambia la actitud de tu corazón y deja de ser terco.


»No obstante, apenas tenían paz, volvían a cometer maldades ante tus ojos, y una vez más permitiste que sus enemigos los conquistaran. Sin embargo, cada vez que tu pueblo volvía y nuevamente clamaba a ti por ayuda, desde el cielo tú lo escuchabas una vez más. En tu maravillosa misericordia, los rescataste muchas veces.


Son un pueblo terco y duro de corazón. Ahora te envío a decirles: “¡Esto dice el Señor Soberano!”.


Entonces el faraón envió a sus funcionarios a investigar, ¡y comprobaron que los israelitas no habían perdido ni uno de sus animales! Pero aun así, el corazón del faraón siguió obstinado, y una vez más se negó a dejar salir al pueblo.


de que este es un pueblo rebelde y terco que se niega a hacer caso a las instrucciones del Señor.


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