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Isaías 44:9 - Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Qué necios son los que fabrican ídolos! Esos objetos tan apreciados, en realidad, no valen nada. Los que adoran ídolos no saben esto, así que todos terminan avergonzados.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Los que se dedican a tallar estatuas de dioses no son nada por muchos que sean, y esas obras a las que quieren no sirven para nada. Sus partidarios no ven ni entienden nada, pero al fin se decepcionarán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Los que modelan ídolos, todos son vanidad, y sus obras más preciadas no aprovechan; sus testigos no ven ni saben nada, de modo que serán avergonzados.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Los fabricantes de ídolos todos ellos son nada, sus obras preferidas de nada valen; y sus propios testigos nada ven y nada entienden. Por eso quedarán avergonzados.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Los que forman imágenes de talla, todos ellos son vanidad; lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos, para su vergüenza son testigos que ellos no ven ni entienden.

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Isaías 44:9
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Pero no! Ustedes son menos que nada y no pueden hacer nada en absoluto. Quienes los escogen se contaminan a sí mismos.


Como ven, todos son objetos necios y sin ningún valor; sus ídolos son tan vacíos como el viento.


Los que rinden culto a ídolos quedan deshonrados —todos los que se jactan de sus inútiles dioses—, pues todos los dioses tienen que inclinarse ante él.


Pues antes ustedes estaban llenos de oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto, ¡vivan como gente de luz!


Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios.


Entonces, ¿qué acerca de comer carne ofrecida a ídolos? Pues sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay solo un Dios.


Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios.


En su lugar, rendirá culto al dios de las fortalezas —un dios que sus antepasados jamás conocieron— y lo engrandecerá con oro, plata, piedras preciosas y regalos costosos.


Todo lo contrario, usted desafió con soberbia al Señor del cielo y mandó traer ante usted estas copas que pertenecían al templo. Usted, sus nobles, sus esposas y sus concubinas estuvieron bebiendo vino en estas copas mientras rendían culto a dioses de plata, oro, bronce, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír, ni saben absolutamente nada. ¡Pero usted no honró al Dios que le da el aliento de vida y controla su destino!


¿Puede alguno de los inútiles dioses ajenos enviarnos lluvia? ¿O acaso cae del cielo por sí misma? No, tú eres el único, ¡oh Señor nuestro Dios! Solo tú puedes hacer tales cosas. Entonces esperaremos que nos ayudes.


¿Alguna vez una nación ha cambiado sus dioses por otros, aun cuando no son dioses en absoluto? ¡Sin embargo, mi pueblo ha cambiado a su glorioso Dios por ídolos inútiles!


»Reúnanse y vengan, fugitivos de las naciones vecinas. ¡Qué necios son los que llevan consigo sus ídolos de madera y dirigen sus oraciones a dioses que no pueden salvarlos!


El pobre iluso se alimenta de cenizas; confía en algo que no puede ayudarlo en absoluto. Sin embargo, no es capaz de preguntarse: «Este ídolo que tengo en la mano, ¿no será una mentira?».


¡Cuánta estupidez y cuánta ignorancia! Tienen los ojos cerrados y no pueden ver; tienen la mente cerrada y no pueden pensar.


Saquen a la gente que tiene ojos pero está ciega, que tiene oídos pero está sorda.


»¡Escuchen ustedes, sordos! ¡Miren y vean, ciegos!


Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos.


Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que confían en ellos.


Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él.


¡Vayan a clamar a los dioses que han escogido! ¡Que los rescaten ellos de este momento de angustia!


“Maldito todo el que talle o funda un ídolo y lo erija en secreto. Esos ídolos, productos de artesanos, son detestables al Señor”. Y todo el pueblo responderá: “¡Amén!”.


Han arrojado al fuego a los dioses de esas naciones y los han quemado. ¡Por supuesto que los asirios pudieron destruirlos, pues no eran dioses en absoluto! Eran solo ídolos de madera y de piedra, formados por manos humanas.


Oh Señor, ellos no prestan ninguna atención a tu puño levantado. Demuéstrales tu fervor por defender a tu pueblo; entonces quedarán avergonzados. Que tu fuego consuma a tus enemigos.


Pero los que confían en ídolos, los que dicen: “Ustedes son nuestros dioses”, se alejarán avergonzados.


¡Reúnan a las naciones! ¡Convoquen a los pueblos del mundo! ¿Cuál de sus ídolos acaso predijo cosas semejantes? ¿Cuál de ellos puede predecir lo que sucederá mañana? ¿Dónde están los testigos de tales predicciones? ¿Quién puede comprobar que han dicho la verdad?


Los que rinden culto a ídolos caerán en la deshonra junto con todos esos artesanos —simples humanos— que se declaran capaces de fabricar un dios. Tal vez unan sus fuerzas, pero estarán unidos en el terror y la vergüenza.


Los artesanos que hacen ídolos serán humillados; todos serán avergonzados.


Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre. Mis siervos beberán, pero ustedes tendrán sed. Mis siervos se alegrarán, pero ustedes estarán tristes y avergonzados.


Allí, en tierra extraña, rendirán culto a ídolos hechos de madera y de hierro, a dioses que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.


Los ídolos de ellos no son más que objetos de plata y oro; manos humanas les dieron forma.


Ahora pondré al descubierto sus supuestas buenas obras; ninguna de ellas los ayudará.


»Israel es como un ladrón que solo se avergüenza cuando lo descubren, al igual que sus reyes, funcionarios, sacerdotes y profetas.


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