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Isaías 44:17 - Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Luego toma lo que queda y hace su dios: ¡un ídolo tallado! Cae de rodillas ante el ídolo, le rinde culto y le reza. «¡Rescátame! —le dice—. ¡Tú eres mi dios!».

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Biblia Reina Valera 1960

17 y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Y con lo que sobre se fabrica su dios, su ídolo, ante el cual se agacha, se tira al suelo, y le reza diciéndole: 'Sálvame, pues tú eres mi dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Con el resto se hace una imagen de dios, se postra ante él, lo adora y le ruega: Líbrame, que tú eres mi dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 El resto lo convierte en un dios, en su ídolo que luego venera, que lo adora y le ruega diciendo: 'Sálvame, que eres mi dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 y del sobrante hace un dios, su ídolo; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque tú eres mi dios.

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Isaías 44:17
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

»Reúnanse y vengan, fugitivos de las naciones vecinas. ¡Qué necios son los que llevan consigo sus ídolos de madera y dirigen sus oraciones a dioses que no pueden salvarlos!


Él rescata y salva a su pueblo; realiza señales milagrosas y maravillas en los cielos y en la tierra. Él ha rescatado a Daniel del poder de los leones».


Entonces, finalmente el rey ordenó que arrestaran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. El rey le dijo: «Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate».


Por lo tanto, yo decreto: si alguien, cualquiera sea su raza, nación o lengua, habla en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, será despedazado y su casa será reducida a un montón de escombros. ¡No hay otro dios que pueda rescatar de esta manera!».


Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su majestad;


Cierto día, mientras rendía culto en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada. Luego escaparon a la tierra de Ararat, y otro de sus hijos, Esar-hadón, lo sucedió en el trono de Asiria.


Entonces ellos prepararon uno de los toros y lo pusieron sobre el altar. Después invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, gritando: «¡Oh Baal, respóndenos!»; pero no hubo respuesta alguna. Entonces se pusieron a bailar, cojeando alrededor del altar que habían hecho.


Por supuesto que no solo hablo de la pérdida del respeto público para nuestro negocio. También me preocupa que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia y que a Artemisa —esta magnífica diosa adorada en toda la provincia de Asia y en todo el mundo— ¡se le despoje de su gran prestigio!».


Así que ellos gritaron más fuerte y, como acostumbraban hacer, se cortaron con cuchillos y espadas hasta quedar bañados en sangre.


La tierra está llena de ídolos. El pueblo rinde culto a cosas que hizo con sus propias manos.


Luego usa parte de la madera para hacer fuego, y con esto se calienta y hornea su pan. Después, aunque parezca increíble, toma lo que queda y se hace un dios para rendirle culto; hace un ídolo y se inclina ante él.


Quema parte del árbol para asar la carne y para darse calor. Dice: «Ah, ¡qué bien se siente uno con este fuego!».


Hay quienes derrochan su plata y su oro y contratan a un artesano para que de estos les haga un dios. Luego, ¡se inclinan y le rinden culto!


Ahora siguen pecando, haciendo ídolos de plata, imágenes hábilmente formadas por manos humanas. «¡Ofrézcanles sacrificios —gritan— y besen a ídolos que tienen forma de becerros!».


A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”. A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dan la espalda, pero durante tiempos difíciles me suplican: “¡Ven y sálvanos!”.


Pondré fin a toda la brujería y no habrá más adivinos.


¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera: “Despierten y sálvennos!”. A imágenes de piedra, mudas, dices: “¡Levántense y enséñennos!”. ¿Podrá un ídolo decirte qué hacer? Aunque estén recubiertos de oro y plata, por dentro no tienen vida.


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