Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Isaías 43:24 - Biblia Nueva Traducción Viviente

24 No me has traído el cálamo aromático, ni me has agradado con la grasa de los sacrificios. En cambio, me has agobiado con tus pecados y me has cansado con tus faltas.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

24 No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Yo no te he abrumado pidiéndote ofrendas, ni te he cansado reclamando incienso. No tuviste que gastar en aromas, ni me diste la grasa de tus sacrificios, sino que me has atormentado con tus pecados y me has cansado con tu maldad.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

24 No me compraste canela con dinero, Ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, Sino que pusiste la carga° de tus pecados sobre mí, Y me abrumaste con tus iniquidades.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 No me compraste con dinero canela, ni me saciaste con la grasa de tus sacrificios; sólo me abrumaste con tus pecados, me cansaste con tus iniquidades.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; antes me abrumaste con tus pecados, me has fatigado con tus maldades.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Isaías 43:24
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces Isaías le dijo: —¡Escuchen bien, ustedes de la familia real de David! ¿Acaso no les basta con agotar la paciencia humana? ¿También tienen que agotar la paciencia de mi Dios?


Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí».


Odio sus celebraciones de luna nueva y sus festivales anuales; son una carga para mí. ¡No los soporto!


Luego, cuando estén desterrados entre las naciones, se acordarán de mí. Reconocerán cuánto me duele la infidelidad de su corazón y la lujuria de sus ojos que anhelan a sus ídolos. Entonces, al fin, se odiarán a sí mismos por todos sus pecados detestables.


Pero ellos se rebelaron contra él y entristecieron a su Santo Espíritu. Así que él se convirtió en enemigo de ellos y peleó contra ellos.


Durante cuarenta años estuve enojado con ellos y dije: “Son un pueblo cuyo corazón se aleja de mí; rehúsan hacer lo que les digo”.


«Maldito sea el tramposo que promete dar un carnero selecto de su rebaño, pero después sacrifica uno defectuoso al Señor. ¡Pues yo soy un gran rey —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, y mi nombre es temido entre las naciones!


»Por lo tanto, haré que giman como una carreta cargada con gavillas de grano.


No obstante, primero, te daré tu merecido por todos tus pecados, porque no recordaste los días de tu juventud, sino que me hiciste enojar con todas esas maldades, dice el Señor Soberano. Pues a todos tus pecados detestables les sumaste actos depravados.


Por lo tanto, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, el Poderoso de Israel, dice: «¡Me vengaré de mis enemigos y a mis adversarios les daré su merecido!


Luego quitará toda la grasa de la cabra, tal como lo hace con la grasa de la ofrenda de paz. Quemará la grasa sobre el altar, y será un aroma agradable al Señor. Mediante este proceso, el sacerdote purificará a la persona, la hará justa ante el Señor y será perdonada.


y entonces el sacerdote lo quemará sobre el altar. Es una ofrenda especial de alimento, un aroma agradable al Señor. Toda la grasa le pertenece al Señor.


Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Junta especias aromáticas —gotas de resina, caparazón de moluscos y gálbano— y mezcla estas especias aromáticas con incienso puro, todo en cantidades iguales.


»Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, deberá quemar incienso aromático sobre el altar.


El Señor no podía soportar más todas las cosas repugnantes que hacían; por eso convirtió la tierra de ustedes en objeto de maldición —una ruina desolada sin habitantes—, como sucede hasta hoy.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម