Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Isaías 41:8 - Biblia Nueva Traducción Viviente

8 «Pero en cuanto a ti, Israel, mi siervo, Jacob, a quien he escogido, descendiente de mi amigo Abraham,

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero tú, oh Israel, siervo mío, Jacob, a quien he escogido, Simiente de Abraham, mi amigo;

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob a quien elegí, estirpe de Abrahán, mi amigo,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Pero tú, Israel, eres mi siervo, tú, Jacob, a quien yo escogí, simiente de Abraham mi amigo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Isaías 41:8
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y así se cumplió lo que dicen las Escrituras: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». Incluso lo llamaron «amigo de Dios».


Oh Dios nuestro, ¿acaso no expulsaste a los que vivían en esta tierra cuando llegó tu pueblo Israel? ¿Acaso no les diste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham?


Tú fuiste separado como pueblo santo para el Señor tu Dios, y él te eligió entre todas las naciones del mundo, para que seas su tesoro especial.


Sí, piensen en Abraham, su antepasado, y en Sara, que dio a luz a su nación. Cuando llamé a Abraham, era un solo hombre; pero, cuando lo bendije, se convirtió en una gran nación».


«Presta atención, oh Jacob, porque tú eres mi siervo, oh Israel. Yo, el Señor, te hice y no te olvidaré.


Por eso el Señor, quien redimió a Abraham, dice al pueblo de Israel: «Mi pueblo ya no será avergonzado, ni palidecerá de temor.


Qué alegría para la nación cuyo Dios es el Señor, cuyo pueblo él eligió como herencia.


Pero ahora, oh Jacob, escucha al Señor, quien te creó. Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío.


Pues el Señor escogió a Jacob para sí, a Israel, como su tesoro especial.


«¿Te has dado cuenta de lo que la gente dice?: “¡El Señor eligió a Judá y a Israel pero luego los abandonó!”. En son de burla dicen que Israel no es digno de ser considerado una nación.


»Escúchame, oh familia de Jacob, ¡Israel, mi escogido! Solo yo soy Dios, el Primero y el Último.


No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas piedras.


¡Ciertamente tú sigues siendo nuestro Padre! Aunque Abraham y Jacob nos desheredaran, tú, Señor, seguirías siendo nuestro Padre. Tú eres nuestro Redentor desde hace siglos.


Él me dijo: «Israel, tú eres mi siervo y me traerás gloria».


Sin embargo, el Señor eligió a tus antepasados para darles su amor. Y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todas las naciones, como se ve hoy.


Los israelitas son mis siervos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto, de modo que nunca deben ser vendidos como esclavos.


ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios.


Entonces, ¿para qué se entregó la ley? Fue añadida a la promesa para mostrarle a la gente sus pecados, pero la intención era que la ley durara solo hasta la llegada del hijo prometido. Por medio de ángeles, Dios entregó su ley a Moisés, quien hizo de mediador entre Dios y el pueblo.


como preciada posesión a su siervo Israel. Su fiel amor perdura para siempre.


Pero el Señor tendrá misericordia de los descendientes de Jacob y una vez más elegirá a Israel como su pueblo especial. Lo hará regresar para que se establezca otra vez en su propia tierra. Y gente de varias naciones vendrá para encontrarse con ellos y unirse al pueblo de Israel.


»Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones.


¿Quién es tan ciego como mi propio pueblo, mi siervo? ¿Quién es tan sordo como mi mensajero? ¿Quién es tan ciego como mi pueblo elegido, el siervo del Señor?


»No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te reuniré a ti y a tus hijos del oriente y del occidente.


«Pero tú eres mi testigo, oh Israel —dice el Señor—. Tú eres mi siervo. Tú has sido escogido para conocerme, para creer en mí y comprender que solo yo soy Dios. No hay otro Dios; nunca lo hubo y nunca lo habrá.


»¿Por qué te he llamado para esta tarea? ¿Por qué te llamé por tu nombre, cuando no me conocías? Es por amor a mi siervo Jacob, Israel, mi escogido.


«Yo siempre los he amado», dice el Señor. Sin embargo, ustedes replican: «¿De veras? ¿Cómo nos has amado?». Entonces el Señor contesta: «Yo les he demostrado mi amor de la siguiente manera: amé a su antepasado Jacob,


ustedes, hijos de su siervo Israel, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios.


Dios entregó las tierras de estos reyes como herencia: Su fiel amor perdura para siempre.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម