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Isaías 35:6 - Biblia Nueva Traducción Viviente

6 El cojo saltará como un ciervo, y los que no pueden hablar ¡cantarán de alegría! Brotarán manantiales en el desierto y corrientes regarán la tierra baldía.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 los cojos saltarán como cabritos y la lengua de los mudos gritará de alegría. Porque en el desierto brotarán chorros de agua, que correrán como ríos por la superficie.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, Y cantará la lengua del mudo, Porque aguas han brotado en el desierto, Y° torrentes en el Arabá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 entonces saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará con júbilo. Porque brotaron aguas en el desierto, torrentes en la estepa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo cantará; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.

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Isaías 35:6
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cierto día, Jesús expulsó un demonio de un hombre que no podía hablar y, cuando el demonio salió, el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas,


Hasta los impulsivos estarán llenos de sentido común y de entendimiento, y los que tartamudean hablarán con claridad.


Luego le llevaron a Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús sanó al hombre para que pudiera hablar y ver.


Desata mis labios, oh Señor, para que mi boca pueda alabarte.


El Espíritu y la esposa dicen: «Ven». Que todos los que oyen esto, digan: «Ven». Todos los que tengan sed, vengan. Todo aquel que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.


Luego el ángel me mostró un río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía del trono de Dios y del Cordero.


Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.


Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados.


Mientras se acercaban al templo, llevaban cargando a un hombre cojo de nacimiento. Todos los días lo ponían junto a la puerta del templo, la que se llama Hermosa, para que pidiera limosna a la gente que entraba.


Al instante Zacarías pudo hablar de nuevo y comenzó a alabar a Dios.


Los ciegos y los cojos se acercaron a Jesús en el templo y él los sanó.


los ciegos ven, los cojos caminan bien, los que tienen lepra son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia.


En aquel día fluirán desde Jerusalén aguas que dan vida, la mitad hacia el mar Muerto y la otra mitad hacia el Mediterráneo; brotarán continuamente, tanto en el verano como en el invierno.


No tuvieron sed cuando él los guio a través del desierto. Él partió la roca, y brotó agua a chorros para que bebieran.


Hasta el lugar desolado y el desierto estarán contentos en esos días; la tierra baldía se alegrará y florecerá el azafrán de primavera.


Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios, el hogar sagrado del Altísimo.


»Les diste pan del cielo cuando tenían hambre y agua de la roca cuando tenían sed. Les ordenaste que fueran y tomaran posesión de la tierra que habías jurado darles.


Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.


Yo me pararé frente a ti sobre la roca, en el monte Sinaí. Golpea la roca, y saldrá agua a chorros. Entonces el pueblo podrá beber. Así que Moisés golpeó la roca como se le indicó, y el agua brotó a chorros a la vista de los ancianos.


En aquel día, cuando tus enemigos sean masacrados y caigan las torres, descenderán corrientes de agua de cada monte y colina.


Cada uno será como refugio del viento y resguardo de la tormenta, como corrientes de agua en el desierto y sombra de una gran roca en tierra reseca.


Las velas de los enemigos cuelgan flácidas de los mástiles rotos, junto con aparejos inútiles. El pueblo de Dios repartirá el tesoro; ¡hasta los cojos recibirán su porción!


Únanse al coro, ciudades del desierto; que las aldeas de Cedar se alegren. Que el pueblo de Sela cante de alegría; que grite alabanzas desde las cumbres de los montes.


El Señor volverá a consolar a Israel y tendrá piedad de sus ruinas. Su desierto florecerá como el Edén, sus lugares desolados como el huerto del Señor. Allí se encontrarán gozo y alegría; los cantos de gratitud llenarán el aire.


En aquel día las montañas destilarán vino dulce, y de los montes fluirá leche. El agua llenará los arroyos de Judá, y del templo del Señor brotará una fuente que regará el árido valle de las acacias.


»Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos.


Pero también convierte desiertos en lagunas y la tierra seca en fuentes de agua.


Pues derramaré agua para calmar tu sed y para regar tus campos resecos; derramaré mi Espíritu sobre tus descendientes, y mi bendición sobre tus hijos.


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