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Isaías 30:15 - Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Esto dice el Señor Soberano, el Santo de Israel: «Ustedes se salvarán solo si regresan a mí y descansan en mí. En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza; pero no quisieron saber nada de esto.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 En la conversión y en la calma estaba su salvación, y su seguridad, en una perfecta confianza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Pues así decía el Soberano, YHVH, el Santo de Israel: Vuestra salvación está en volveros a mí y tener calma; Vuestra fortaleza consiste en confiar y estar tranquilos; pero no quisisteis,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Que así dice el Señor Yahveh, el Santo de Israel: 'En la conversión y en la calma seréis salvados; en la quietud y en la confianza estará vuestra fuerza'. Pero no quisisteis,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Porque así dijo el Señor Jehová, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza estará vuestra fortaleza. Y no quisisteis,

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Isaías 30:15
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y esta rectitud traerá la paz; es cierto, traerá tranquilidad y confianza para siempre.


»¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.


Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida.


Clamaron a Dios durante la batalla, y él contestó su oración porque confiaron en él. De modo que derrotaron a los agarenos y a todos sus aliados.


¿No recuerdas lo que les pasó a los etíopes y a los libios y a su enorme ejército, junto con todos sus carros de guerra y los conductores? En ese tiempo, confiaste en el Señor, y él los entregó en tus manos.


El rey podrá tener un gran ejército, pero no son más que hombres. ¡Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas por nosotros!». Las palabras de Ezequías alentaron en gran manera a la gente.


Dile que deje de preocuparse; que no hay por qué temer a la ira feroz de esos dos tizones apagados que son Rezín, rey de Aram y Peka, hijo de Remalías.


Tengan cuidado de no negarse a escuchar a Aquel que habla. Pues, si el pueblo de Israel no escapó cuando se negó a escuchar a Moisés, el mensajero terrenal, ¡ciertamente nosotros tampoco escaparemos si rechazamos a Aquel que nos habla desde el cielo!


»¡Oh Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.


¡Las promesas de Egipto no sirven para nada! Por lo tanto, lo llamaré Rahab, el dragón inofensivo.


Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus sirvientes para llamar a los invitados. ¡Pero todos se negaron a asistir!


Ya dejen de usar esta frase: “Una profecía del Señor”. La gente la usa para darle importancia a sus propias ideas, tergiversando las palabras de nuestro Dios, el Dios viviente, el Señor de los Ejércitos Celestiales.


Olvídense de toda esta tristeza; apártense de su senda estrecha. Dejen de hablarnos acerca del “Santo de Israel”».


El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.


Que mi alma descanse nuevamente, porque el Señor ha sido bueno conmigo.


Dios le ha dicho a su pueblo: «Aquí hay un lugar de descanso; que reposen aquí los fatigados. Este es un lugar tranquilo para descansar»; pero ellos no quisieron escuchar.


Mi pueblo vivirá seguro, tranquilo en su hogar, y encontrará reposo.


¿Quién permitió que robaran e hirieran a Israel? Fue el Señor, contra quien pecamos, porque los israelitas no quisieron andar por su camino, ni quisieron obedecer su ley.


¡Que todo el mundo me busque para la salvación!, porque yo soy Dios; no hay otro.


En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.


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