Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Isaías 30:10 - Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Les dicen a los videntes: «¡Dejen de ver visiones!». Les dicen a los profetas: «No nos digan lo que es correcto. Dígannos cosas agradables; cuéntennos mentiras.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Han dicho a los videntes: 'No tengan más visiones', y a los profetas: 'No nos comuniquen la verdad, más bien, cuéntennos cosas interesantes de mundos maravillosos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

10 Que dicen a los videntes: No veáis, y a los profetas:° No profeticéis para nosotros cosas rectas, Decidnos cosas halagüeñas, ¡profetizad ilusiones!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 que dicen a los videntes: 'No veáis', y a los profetas: 'No nos profeticéis verdades, decidnos cosas halagüeñas profetizad ilusiones;

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas agradables, profetizad mentiras;

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Isaías 30:10
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras suaves y halagos, engañan a la gente inocente;


No nos molestes con tus profecías aquí en Betel. ¡Este es el santuario del rey y el lugar nacional de culto!


Pero ustedes hicieron que los nazareos pecaran, forzándolos a beber vino, y les ordenaron a los profetas: “¡Cállense!”


Esto dice el Señor acerca de los hombres de Anatot que deseaban mi muerte. Ellos habían dicho: «Te mataremos si no dejas de profetizar en el nombre del Señor».


Cuando los testigos hayan terminado de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo sin fondo declarará la guerra contra ellos, los conquistará y los matará.


Siguen diciendo a los que desprecian mi palabra: “¡No se preocupen! ¡El Señor dice que ustedes tendrán paz!”. Y a los que obstinadamente siguen sus propios deseos, los profetas les dicen: “¡No les sucederá nada malo!”.


Supongamos que un profeta lleno de mentiras les dice: «¡Les predicaré las delicias del vino y del alcohol!». ¡Esa es la clase de profeta que a ustedes les gustaría!


«No digan semejantes cosas —responde la gente—. No profeticen así. ¡Esos desastres nunca nos llegarán!».


Denles la siguiente orden de parte del rey: “¡Metan a este hombre en la cárcel y no le den más que pan y agua hasta que yo regrese sano y salvo de la batalla!”».


—Así que, enemigo mío, ¡me has encontrado! —le dijo Acab a Elías. —Sí —contestó Elías—, te encontré porque te has vendido para hacer lo malo a los ojos del Señor.


¿Acaso ahora me volví su enemigo porque les digo la verdad?


—¡Les ordenamos estrictamente que no enseñaran nunca más en nombre de ese hombre! —les dijo—. En lugar de eso, han llenado a toda Jerusalén con la enseñanza acerca de él, ¡y quieren hacernos responsables de su muerte!


Así que para evitar que sigan divulgando su propaganda aún más, tenemos que advertirles que no vuelvan a hablar con nadie en el nombre de Jesús».


Por eso, es natural que no me crean cuando les digo la verdad.


El mundo no puede odiarlos a ustedes, pero a mí sí me odia, porque yo lo acuso de hacer lo malo.


Entonces los funcionarios fueron a ver al rey y le dijeron: —Señor, ¡este hombre debe morir! Esta forma de hablar desmoralizará a los pocos hombres de guerra que nos quedan, al igual que a todo el pueblo. ¡Este hombre es un traidor!


Así que, ¿por qué no has hecho nada para detener a Jeremías de Anatot, que se hace pasar por profeta entre ustedes?


Los sacerdotes y los profetas presentaron sus acusaciones a los funcionarios y al pueblo. «¡Este hombre debe morir! —dijeron—. Ustedes han escuchado con sus propios oídos lo traidor que es, porque ha profetizado contra esta ciudad».


los profetas dan profecías falsas, y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro. Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así! Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?


Pero el rey lo interrumpió y le dijo: —¿Desde cuándo te nombré consejero del rey? ¡Cállate antes de que te mande matar! El profeta no insistió más pero hizo esta advertencia: —Yo sé que Dios ha decidido destruirte porque has hecho esto y te negaste a aceptar mi consejo.


Asa se enojó tanto con Hananí por haberle dicho esto, que lo echó en la cárcel y lo puso en el cepo. En ese tiempo, Asa también comenzó a oprimir a algunos de su pueblo.


Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír.


Rechazarán la verdad e irán tras los mitos.


(En esos días, si la gente quería recibir un mensaje de Dios, decía: «Vamos a preguntarle al vidente», porque los profetas solían ser llamados «videntes»).


¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo, que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, que lo amargo es dulce y lo dulce es amargo!


Pues el Señor derramó sobre ti un espíritu de sueño profundo; ha cerrado los ojos de tus profetas y visionarios.


Luego dile al rey: “Esto dice el Señor: ‘Tú quemaste el rollo porque allí dice que el rey de Babilonia destruiría esta tierra y la dejaría vacía de gente y de animales.


¿Te rogará misericordia o suplicará compasión?


Se jactan diciendo: «Hemos hecho un trato para burlar a la muerte y hemos llegado a un acuerdo para evitar la tumba. La destrucción que se aproxima nunca podrá tocarnos, porque nos hemos edificado un fuerte refugio hecho de mentiras y engaños».


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម