29 Ustedes, filisteos, no se alegren de que la vara que los golpeaba se haya roto, de que el rey que los atacaba esté muerto. Pues de esa serpiente nacerá otra serpiente aún más venenosa, ¡una serpiente terrible que los destruirá!
29 No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora.
29 No te alegres tanto, Filistea,
porque se quebró el bastón que te pegaba;
pues del huevo de la culebra saldrá una víbora,
que, a su vez, tendrá una serpiente voladora.
29 No te alegres, oh Filistea toda, De que haya sido rota la vara del que te hería, Porque de la cepa de la serpiente saldrá una víbora, Y su fruto será un dragón alado,
29 No te alegres, Filistea toda entera, de que se haya roto la vara que te hería; pues de la raíz de la sierpe saldrá un basilisco, y su fruto será un dragón volador
29 No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la serpiente saldrá la víbora, y su fruto será una serpiente voladora.
Este es el mensaje que recibí con respecto a los animales del Neguev: La caravana se mueve lentamente a través del terrible desierto hacia Egipto —burros cargados de riquezas y camellos cargados de tesoros— para pagar por la protección de Egipto. Viajan a través del desierto, lugar de leonas y leones, lugar donde viven las víboras y las serpientes venenosas. A pesar de todo esto, Egipto no les dará nada a cambio.
Uzías declaró la guerra a los filisteos y derribó las murallas de Gat, Jabnia y Asdod. Luego construyó nuevas ciudades en la región de Asdod y en otras partes de Filistea.
En ese día ya no hará falta que sean avergonzados, porque dejarán de rebelarse contra mí. Quitaré al orgulloso y al arrogante de entre ustedes; no habrá más altivez en mi monte santo.
»No debiste alegrarte cuando desterraron a tus parientes a tierras lejanas. No debiste gozarte cuando el pueblo de Judá sufría semejante desgracia. No debiste hablar con arrogancia en ese terrible tiempo de angustia.
Oh pueblo de Israel, no te alegres como lo hacen otras naciones. Pues has sido infiel a tu Dios, alquilándote como una prostituta y rindiendo culto a otros dioses en cada campo de trillar.
Tú te alegraste cuando el territorio de Israel fue devastado. ¡Ahora yo me alegraré de tu desolación! ¡Serán exterminados, ustedes, pueblo del monte Seir y todos los que viven en Edom! Entonces sabrán que yo soy el Señor”.
«Hijo de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y ¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me enriqueceré!”.
Por su parte, los filisteos habían asaltado las ciudades de Judá situadas en las colinas y en el Neguev. Ya habían tomado y ocupado Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas y Gimzo con sus aldeas.
También conquistó a los filisteos hasta la lejana región de Gaza y su territorio, desde el puesto de avanzada más pequeño hasta la ciudad amurallada más grande.
y el territorio más extenso de los cananeos, el cual se extiende desde el arroyo de Sihor, en la frontera con Egipto, hasta los límites de Ecrón, al norte. Abarca el territorio de los cinco gobernantes filisteos de Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón. También falta por conquistar la tierra de los aveos,
Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con mirar la serpiente».
Pues el Señor ha rechazado a su pueblo, a los descendientes de Jacob, porque han llenado la tierra con prácticas del oriente y con hechiceros, igual que los filisteos. Han formado alianzas con paganos.
Unirán sus fuerzas para caer encima de Filistea al occidente. Juntos, atacarán y saquearán a las naciones situadas al oriente. Ocuparán las tierras de Edom y de Moab, y Amón los obedecerá.
¡Giman en las puertas! ¡Lloren en las ciudades! ¡Paralícense de miedo, filisteos! Un poderoso ejército viene como humo desde el norte; cada soldado avanza con prisa, ansioso por pelear.
Este es el mensaje que el profeta Jeremías recibió del Señor acerca de los filisteos de Gaza, antes de que la ciudad fuera conquistada por el ejército egipcio.
Sin embargo, es el Señor quien hizo exactamente lo que se había propuesto; cumplió las promesas de calamidad que hizo hace mucho tiempo. Destruyó a Jerusalén sin misericordia; hizo que sus enemigos se regodearan ante ella y sobre ella les dio poder.
»¿Qué tienen contra mí, Tiro y Sidón y, ustedes, ciudades de Filistea? ¿Tratan de vengarse de mí? Si es así, ¡tengan cuidado! Los atacaré con rapidez y les pagaré por todo lo que hicieron.
Esto es lo que dice el Señor: «¡Los habitantes de Gaza han pecado una y otra vez y no permitiré que queden sin castigo! Enviaron a pueblos enteros al destierro y los vendieron como esclavos a Edom.
Masacraré a los habitantes de Asdod y destruiré al rey de Ascalón. Después me volveré para atacar a Ecrón, y los pocos filisteos que queden morirán», dice el Señor Soberano.
Y qué aflicción les espera, filisteos, que viven a lo largo de la costa y en la tierra de Canaán, ¡porque este juicio es también en contra de ustedes! El Señor los destruirá hasta que no quede ni uno de ustedes.
La ciudad de Ascalón verá la caída de Tiro y se llenará de miedo. Gaza temblará de terror y lo mismo hará Ecrón, porque sus esperanzas se desvanecerán. El rey de Gaza será asesinado y Ascalón será abandonada.