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Isaías 10:16 - Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Por lo tanto, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, enviará una plaga entre las orgullosas tropas de Asiria, y un fuego ardiente consumirá su gloria.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Por eso, Yavé de los ejércitos enviará a sus hombres forzudos la debilidad y prenderá fuego a su lujo como se enciende la leña.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Por eso el Soberano YHVH Sebaot meterá escualidez en sus robustos,° Y debajo de su gloria arderá una hoguera de fuego abrasador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Por eso enviará el Señor, Yahveh Sebaot, delgadez a los bien alimentados; y bajo su opulencia, encenderá una quemazón, como quemazón de fuego,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará flaqueza entre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.

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Isaías 10:16
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Entonces el Señor envió a un ángel que destruyó al ejército asirio junto con todos sus comandantes y oficiales. Senaquerib se vio obligado a regresar a su propia tierra avergonzado; y cuando entró al templo de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí mismo a espada.


Al instante, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por gusanos.


Entonces les dio lo que pedían, pero al mismo tiempo les envió una plaga.


Esa noche el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185.000 soldados. Cuando los asirios que sobrevivieron se despertaron a la mañana siguiente, encontraron cadáveres por todas partes.


Por esa furia en mi contra y por tu arrogancia, que yo mismo oí, te pondré mi gancho en la nariz y mi freno en la boca. Te haré regresar por el mismo camino por donde viniste”».


«En aquel día, la gloria de Israel se desvanecerá; su robusto cuerpo se irá consumiendo.


El Señor consumirá la gloria de Asiria igual que un incendio consume un bosque en tierra fértil, o una plaga a los enfermos.


Las botas de los guerreros y los uniformes manchados de sangre por la guerra serán quemados; serán combustible para el fuego.


En aquel día, los corderos encontrarán buenos pastos, y entre las ruinas apacentarán las ovejas engordadas y los cabritos.


Por lo tanto, el Señor los arrollará con una poderosa inundación del río Éufrates, el rey de Asiria con toda su gloria. La inundación desbordará todos los canales


la ira de Dios aumentó contra ellos, e hirió de muerte a sus hombres más fuertes; derribó a los mejores jóvenes de Israel.


Hasta los más fuertes temblarán de terror, y los príncipes huirán al ver sus banderas de guerra», dice el Señor, cuyo fuego está en Sion y sus llamas arden desde Jerusalén.


Y yo mismo los castigaré por ser tan pecadores, dice el Señor. Prenderé fuego a sus bosques y ese fuego incendiará todo a su alrededor”.


Buscaré a mis perdidas y las traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles. Sin embargo, destruiré a las gordas y poderosas; ¡a ellas también les daré de comer, pero juicio!


Esto es lo que dice el Señor: «Aunque los asirios tienen muchos aliados, serán destruidos y desaparecerán. Oh pueblo mío, yo te castigué anteriormente, pero no te volveré a castigar.


Con su puño, el Señor golpeará a las tierras del norte y así destruirá a la tierra de Asiria. Hará de Nínive, su gran capital, una desolada tierra baldía, reseca como un desierto.


Pues tú quebrantarás el yugo de su esclavitud y levantarás la pesada carga de sus hombros. Romperás la vara del opresor, tal como lo hiciste cuando destruiste al ejército de Madián.


Oh Señor, ellos no prestan ninguna atención a tu puño levantado. Demuéstrales tu fervor por defender a tu pueblo; entonces quedarán avergonzados. Que tu fuego consuma a tus enemigos.


»Ustedes solían jactarse: “Nosotros somos héroes, hombres valientes de guerra”.


En respuesta, el Señor de los Ejércitos Celestiales me envió este mensaje:


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