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Hechos 7:60 - Biblia Nueva Traducción Viviente

60 Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado!». Dicho eso, murió.

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Biblia Reina Valera 1960

60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

60 Después se arrodilló y dijo con fuerte voz: 'Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y dicho esto, se durmió en el Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: ¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Y habiendo dicho esto, durmió.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

60 Y puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: 'Señor, no les tomes en cuenta este pecado'. Y así diciendo, expiró.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

60 Y arrodillándose, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

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Hechos 7:60
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen!


Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados.


Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.


Cuando Pablo terminó de hablar, se arrodilló y oró con ellos.


Pero Pedro les pidió a todos que salieran del cuarto; luego se arrodilló y oró. Volviéndose hacia el cuerpo, dijo: «¡Tabita, levántate!». ¡Y ella abrió los ojos! Cuando vio a Pedro, ¡se sentó!


Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman.


En ese caso, ¡todos los que murieron creyendo en Cristo están perdidos!


Cuando regresamos al barco al final de esa semana, toda la congregación, incluidos las mujeres y los niños, salieron de la ciudad y nos acompañaron a la orilla del mar. Allí nos arrodillamos, oramos


Este salmo no hace referencia a David, pues, después de haber hecho la voluntad de Dios en su propia generación, David murió, fue enterrado con sus antepasados y su cuerpo se descompuso.


Se alejó a una distancia como de un tiro de piedra, se arrodilló y oró:


Cristo murió por nosotros para que —estemos vivos o muertos cuando regrese— podamos vivir con él para siempre.


Más tarde, lo vieron más de quinientos de sus seguidores a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos ya han muerto.


y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron.


Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.


Esa es la razón por la que muchos de ustedes son débiles y están enfermos y algunos incluso han muerto.


A la hora del sacrificio, me levanté de donde había estado sentado haciendo duelo con mis ropas rasgadas. Caí de rodillas y levanté las manos al Señor mi Dios.


Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados!


Se levantarán muchos de los que están muertos y enterrados, algunos para vida eterna y otros para vergüenza y deshonra eterna.


—Después agregó—: Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero ahora iré a despertarlo.


La primera vez que fui llevado ante el juez, nadie me acompañó. Todos me abandonaron; que no se lo tomen en cuenta.


Dirán: «¿Qué pasó con la promesa de que Jesús iba a volver? Desde tiempos antes de nuestros antepasados, el mundo sigue igual que al principio de la creación».


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