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Hechos 22:12 - Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Allí vivía un hombre llamado Ananías. Era un hombre recto, muy devoto de la ley y muy respetado por todos los judíos de Damasco.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Allí vino a verme un tal Ananías, un hombre muy observante de la Ley y muy estimado por todos los judíos que vivían en Damasco.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces cierto Ananías, varón piadoso conforme a la ley, que recibía° aprobación de todos los judíos que viven allí,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Un tal Ananías, hombre piadoso según la ley, muy bien conceptuado por todos los habitantes judíos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Entonces un Ananías, varón piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que moraban allí,

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Hechos 22:12
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ellos dijeron: —Nos envió Cornelio, un oficial romano. Es un hombre devoto y temeroso de Dios, muy respetado por todos los judíos. Un ángel santo le dio instrucciones para que vayas a su casa a fin de que él pueda escuchar tu mensaje.


Por lo tanto, hermanos, escojan a siete hombres que sean muy respetados, que estén llenos del Espíritu y de sabiduría. A ellos les daremos esa responsabilidad.


Todos, incluso la verdad misma, hablan bien de Demetrio. Nosotros también podemos afirmar lo mismo de él, y ustedes saben que decimos la verdad.


Por su fe, la gente de antaño gozó de una buena reputación.


Además, la gente que no es de la iglesia debe hablar bien de él, para que no sea deshonrado y caiga en la trampa del diablo.


Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores.


Algunos judíos que escuchaban fueron persuadidos y se unieron a Pablo y Silas, junto con muchos hombres griegos temerosos de Dios y un gran número de mujeres prominentes.


(Con profundo dolor, unos hombres consagrados enterraron a Esteban).


En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él


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