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Hechos 2:11 - Biblia Nueva Traducción Viviente

11 (tanto judíos como convertidos al judaísmo), cretenses y árabes. ¡Y todos oímos a esta gente hablar en nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas que Dios ha hecho!».

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Biblia Reina Valera 1960

11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 cretenses y árabes. Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, los oímos hablando en nuestras lenguas las maravillas de Dios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 tanto judíos como prosélitos, los cretenses y los árabes los estamos oyendo proclamar en nuestras propias lenguas las grandezas de Dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las obras maravillosas de Dios.

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Hechos 2:11
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A uno le da el poder para hacer milagros y a otro, la capacidad de profetizar. A alguien más le da la capacidad de discernir si un mensaje es del Espíritu de Dios o de otro espíritu. Todavía a otro se le da la capacidad de hablar en idiomas desconocidos, mientras que a otro se le da la capacidad de interpretar lo que se está diciendo.


»Oh Señor, entre los dioses, ¿quién es como tú: glorioso en santidad, imponente en esplendor, autor de grandes maravillas?


Además, Dios confirmó el mensaje mediante señales, maravillas, diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad.


Incluso uno de sus propios hombres, un profeta de Creta, dijo acerca de ellos: «Todos los cretenses son mentirosos, animales crueles y glotones perezosos».


Se la di a los reyes de Arabia, a los reyes de las tribus nómadas del desierto


entonando un cántico de gratitud, y contando de todas tus maravillas.


Él hace grandezas, demasiado maravillosas para comprenderlas, y realiza milagros incontables.


Te dejé en la isla de Creta para que pudieras terminar nuestro trabajo ahí y nombrar ancianos en cada ciudad, tal como te lo indiqué.


Ya que Buenos Puertos era un puerto desprotegido —un mal lugar para pasar el invierno—, la mayoría de la tripulación quería seguir hasta Fenice, que se encuentra más adelante en la costa de Creta, y pasar el invierno allí. Fenice era un buen puerto, con orientación solo al suroccidente y al noroccidente.


Tuvimos que navegar despacio por varios días y, después de serias dificultades, por fin nos acercamos a Gnido; pero teníamos viento en contra, así que cruzamos a la isla de Creta, navegando al resguardo de la costa de la isla con menos viento, frente al cabo de Salmón.


Fíjate en los santuarios que hay en cada cumbre. ¿Hay algún lugar que no haya sido profanado por tu adulterio con otros dioses? Te sientas junto al camino como una prostituta en espera de un cliente. Te sientas sola, como un nómada en el desierto. Contaminaste la tierra con tu prostitución y tu perversidad.


El Señor de los Ejércitos Celestiales es un maestro maravilloso, y le da gran sabiduría al agricultor.


Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.


Babilonia nunca más volverá a ser habitada; permanecerá vacía de generación en generación. Los nómadas se negarán a acampar allí, y los pastores no llevarán a sus ovejas para que pasen la noche.


Den gracias al único que puede hacer milagros poderosos. Su fiel amor perdura para siempre.


Él nos hace recordar sus maravillosas obras. ¡Cuánta gracia y misericordia tiene nuestro Señor!


Que alaben al Señor por su gran amor y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.


Que alaben al Señor por su gran amor y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.


Que alaben al Señor por su gran amor y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.


Anuncien sus gloriosas obras entre las naciones; cuéntenles a todos las cosas asombrosas que él hace.


Todo el cielo alabará tus grandes maravillas, Señor; multitudes de ángeles te alabarán por tu fidelidad.


No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del Señor, de su poder y de sus imponentes maravillas.


Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados.


Oh Dios, tú me has enseñado desde mi tierna infancia, y yo siempre les cuento a los demás acerca de tus hechos maravillosos.


Oh Señor mi Dios, has realizado muchas maravillas a nuestro favor. Son tantos tus planes para nosotros que resulta imposible enumerarlos. No hay nadie como tú. Si tratara de mencionar todas tus obras maravillosas, no terminaría jamás.


Dios lo ayudó en las guerras contra los filisteos, en sus batallas contra los árabes de Gur y en sus guerras contra los meunitas.


Algunos de los filisteos le llevaron regalos y plata como tributo, y los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos chivos.


sin contar los ingresos adicionales que recibía de mercaderes y comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra.


Y ahora Jerusalén es igual que el monte Sinaí, en Arabia, porque la ciudad y sus hijos viven bajo la esclavitud de la ley;


Tampoco subí a Jerusalén para pedir consejo de los que eran apóstoles antes que yo. En cambio, me fui a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco.


Este es el mensaje que recibí acerca de Arabia: Oh caravanas de Dedán, escóndanse en los desiertos de Arabia.


A continuación hay algunas de las partes que Dios ha designado para la iglesia: en primer lugar, los apóstoles; en segundo lugar, los profetas; en tercer lugar, los maestros; luego los que hacen milagros, los que tienen el don de sanidad, los que pueden ayudar a otros, los que tienen el don de liderazgo, los que hablan en idiomas desconocidos.


de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de Libia alrededor de Cirene, visitantes de Roma


Quedaron allí, maravillados y perplejos. «¿Qué querrá decir esto?», se preguntaban unos a otros.


Cuando un viento suave comenzó a soplar desde el sur, los marineros pensaron que podrían llegar a salvo. Entonces levaron anclas y navegaron cerca de la costa de Creta;


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