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Hechos 19:40 - Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Me temo que corremos peligro de que el gobierno romano nos acuse de generar disturbios, ya que no hay razón para todo este alboroto; y si Roma exige una explicación, no sabremos qué decir».

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Biblia Reina Valera 1960

40 Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 ¿Han pensado ustedes que podríamos ser acusados de rebelión por lo ocurrido hoy? No tendríamos excusa alguna para justificar este tumulto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 porque por lo de hoy, hasta corremos el peligro de ser acusados de sedición, ya que no existe causa por la que podamos dar razón de este alboroto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Si no, corremos peligro de ser culpados de sedición por lo de hoy, pues no hay razón alguna por la cual podamos justificar este motín'. Y con estas palabras, disolvió la reunión.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

40 Porque estamos en peligro de ser acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.

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Hechos 19:40
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No eres tú el egipcio que encabezó una rebelión hace un tiempo y llevó al desierto a cuatro mil miembros del grupo llamado “Los Asesinos”?


Cuando estaban a punto de matarlo, le llegó al comandante del regimiento romano la noticia de que toda Jerusalén estaba alborotada.


Cuando se acabó el alboroto, Pablo mandó llamar a los creyentes y los alentó. Después se despidió y viajó a Macedonia.


«Pero no durante la celebración de la Pascua —acordaron—, no sea que la gente cause disturbios».


Adonías y sus invitados escucharon la celebración y los gritos casi al terminar el banquete. Cuando Joab oyó el sonido del cuerno de carnero, preguntó: «¿Qué está pasando? ¿Por qué hay tanto alboroto en la ciudad?».


Muchas personas han intentado escribir un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros.


y si hubiera quejas sobre otros asuntos, podrían resolverse en una asamblea legal.


Entonces los despidió y ellos se dispersaron.


En ese momento, Félix, quien estaba bastante familiarizado con el Camino, levantó la sesión y dijo: «Esperen hasta que llegue Lisias, el comandante de la guarnición. Entonces tomaré una decisión sobre el caso».


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