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Hechos 13:30 - Biblia Nueva Traducción Viviente

30 ¡Pero Dios lo levantó de los muertos!

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Biblia Reina Valera 1960

30 Mas Dios le levantó de los muertos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Pero Dios lo levantó de entre los muertos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Pero Dios lo resucitó de entre los muertos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Pero Dios le resucitó de los muertos.

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Hechos 13:30
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.


Pues él ha fijado un día para juzgar al mundo con justicia por el hombre que él ha designado, y les demostró a todos quién es ese hombre al levantarlo de los muertos».


¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo.


Y ahora, que el Dios de paz —quien levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, y que ratificó un pacto eterno con su sangre—


pero Dios lo resucitó al tercer día. Después Dios permitió que se apareciera,


Déjenme decirles claramente tanto a ustedes como a todo el pueblo de Israel que fue sanado por el poderoso nombre de Jesucristo de Nazaret, el hombre a quien ustedes crucificaron pero a quien Dios levantó de los muertos.


Cuando Dios levantó a su siervo, Jesús, lo envió primero a ustedes, pueblo de Israel, para bendecirlos al hacer que cada uno se aparte de sus caminos pecaminosos».


Ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de los muertos. ¡Y nosotros somos testigos de ese hecho!


Pues es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob —el Dios de todos nuestros antepasados— quien dio gloria a su siervo Jesús al hacer este milagro. Es el mismo Jesús a quien ustedes rechazaron y entregaron a Pilato, a pesar de que Pilato había decidido ponerlo en libertad.


»Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos.


»El Padre me ama, porque sacrifico mi vida para poder tomarla de nuevo.


—De acuerdo —contestó Jesús—. Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.


Y ahora Dios nos la cumplió a nosotros, los descendientes, al resucitar a Jesús. Esto es lo que el segundo salmo dice sobre Jesús: “Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre”.


Pues Dios había prometido levantarlo de los muertos, no dejarlo que se pudriera en la tumba. Dijo: “Yo te daré las bendiciones sagradas que le prometí a David”.


No, el salmo se refería a otra persona, a alguien a quien Dios resucitó y cuyo cuerpo no se descompuso.


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